Caravaggio en Malta y Sicilia: Obras Maestras y Evolución Artística (1608-1609)

Clasificado en Plástica y Educación Artística

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Caravaggio en Malta: La Orden de Malta y la *Decapitación de San Juan Bautista* (1608)

*Alof de Wignacourt***

Este retrato de medio cuerpo, con influencias venecianas, muestra a Alof de Wignacourt, Gran Maestre de la Orden de Malta, portando la cruz que simboliza su rango y la espada que lo identifica como defensor del cristianismo. La obra remite a Flandes en la representación de la cabeza, la cruz y las manos, los elementos más destacados. Cabe recordar que cuando Carlos V nombró a Tiziano pintor de la corte, este tuvo que adaptarse a las normas de Antonio Moro, quien a su vez influiría posteriormente en Velázquez. Podemos comparar el retrato de Felipe II de Antonio Moro con el de Alof de Wignacourt realizado por Caravaggio. En el retrato de Alof, Caravaggio juega con la luz al estilo de sus primeras etapas, a diferencia del fondo negro y la luz que apenas intuye el suelo en la obra de Moro, de marcado estilo flamenco.

*El Gran Maestre***

Similar a la composición naturalista de *San Jerónimo*.

*Decapitación de San Juan Bautista***

Esta obra de gran tamaño, que alcanza los 5,2 x 3,6 metros, es la única que Caravaggio firmó hasta ese momento. Se cree que el encargo provino del propio Gran Maestre, coincidiendo posiblemente con el ingreso del artista en la Orden. El tratadista Bellori señala cambios en la pincelada, que deja a medio impregnar la tela. La escena se compone de figuras más pequeñas y el entorno se define con precisión, envuelto por una luz dorada y oscura que permite apreciar todo el espacio. El suelo queda bien definido y las figuras pierden la monumentalidad romana. Juan se representa como una figura humana, sin nimbo, palma ni ángel. Los personajes aparecen paralizados, concentrados en el momento, sin el dinamismo presente en otras obras. El verdugo, por ejemplo, permanece inmóvil. Es nuestra imaginación la que debe continuar el curso de la escena. Se aprecia un cromatismo distinto, con colores incluso metálicos. La técnica de la pincelada ya no es densa, sino suelta y ligera.

Sicilia: Siracusa y Mesina (1608-1609)

Caravaggio, a pesar de encontrarse en constante huida, siempre hallaba protectores poderosos. Así, al llegar a Siracusa, recibió un encargo importante, lo que demuestra que seguía moviéndose en las altas esferas y realizando obras de gran valor.

*Entierro de Santa Lucía***

Esta pintura religiosa, concebida para una iglesia, pierde parte de su finalidad al ser sacada de su contexto original. Es una de las obras peor conservadas de Caravaggio, a pesar de las restauraciones, que resultaron ser de baja calidad. Lo relevante es que, desde *Las siete obras de misericordia*, se observa una escenografía cada vez más amplia. Un entorno arquitectónico de fondo empequeñece las figuras, que se multiplican para dar mayor amplitud al espacio. Se aprecia la diagonal formada por las dos figuras (una de espaldas y otra frontal) y el escorzo de la figura principal. Se genera profundidad mediante un punto de fuga y una diagonal, pero las figuras permanecen congeladas, carentes de movimiento, sensualidad y significado. Predomina el intimismo. Los personajes se aíslan en su propio mundo dentro de un espacio común. Se trata de un gran conjunto con un fuerte sentimiento grupal. La técnica cambia: de una pasta envolvente y densa a una menos densa, como si la figura tuviera menos volumen. Se da más importancia a la luz envolvente y dorada que unifica la escena, a pesar de los pequeños juegos y toques de luz en puntos concretos. La intención con la que se utilizan estos toques es diferente, buscando la sensación de conjunto. El color no varía, manteniéndose los tonos terrosos interrumpidos por toques dentro de una luz dorada y envolvente.

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