El Carlismo: Orígenes, Conflictos y Consecuencias en España
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El Carlismo: Orígenes y Desarrollo de un Conflicto Español
Los inicios de la guerra fueron favorables a los carlistas, que derrotaron a las tropas del gobierno repetidas veces. En 1835 fracasaron el sitio de Bilbao, donde murió el general Zumalacárregui, su mejor estratega. Los carlistas intentaron romper su aislamiento mediante varias expediciones hacia el sur, pero no encontraron respaldo entre la población. En 1837 estuvieron a punto de tomar Madrid, pero el asalto acabó fracasando. Desde entonces, pasaron a la defensiva, y el agotamiento llevó al general Maroto a iniciar negociaciones con el general cristino Espartero, que terminaron en 1839 con el abrazo de Vergara. A cambio de su rendición, se reconocieron los grados y empleos de los vencidos. Un núcleo carlista, dirigido por Cabrera, resistió hasta la toma de Morella, por las tropas de Espartero, en mayo de 1840. El acuerdo de Vergara significó la renuncia de Navarra a su condición de reino, a cambio de una promesa de autonomía que se concretó en una ley de 1841. El país había soportado seis años de una guerra extremadamente cruenta, con miles de muertos, destrucción, hundimiento económico y un importante arraigo ideológico que propició la permanencia del carlismo. [La segunda y tercera guerra 1846-1849 y 1872-1876] Don Carlos se exilió, y a su muerte transmitió sus derechos a su hijo, Carlos VI, iniciándose así una dinastía paralela que mantuvo viva la reivindicación.
La Segunda Guerra Carlista (1846-1849)
En 1846 se intentó pactar la boda del nuevo pretendiente con Isabel II. El fracaso en la negociación y el anuncio de la boda real llevó a los carlistas a iniciar la segunda guerra, conocida como guerra dels matiners, y que transcurrió entre 1846 y 1849. Se inició con la incursión de varias partidas en el Pirineo catalán, que consiguieron mantener en jaque al ejército gubernamental. Los carlistas fracasaron en su intento de extender la sublevación más allá de Cataluña, por lo que fueron finalmente vencidos.
El Carlismo en el Siglo XIX: La Tercera Guerra Carlista (1872-1876)
Durante varias décadas el carlismo permaneció inactivo. En 1872, tras la caída de Isabel II y la llegada a España de Amadeo de Saboya, el nuevo pretendiente, Carlos VII, volvió a levantar a sus partidarios, iniciándose la tercera guerra. Esta vez los carlistas consiguieron arraigar en el País Vasco y Navarra, estableciendo su capital en Estella. Tras la proclamación en 1873 de la I República, muchos monárquicos pasaron a apoyar al carlismo. Sólo a partir de 1874, a raíz de la Restauración de la monarquía en Alfonso XII, las tropas gubernamentales pasaron a la ofensiva y consiguieron derrotar a los carlistas. Meses después, el gobierno abolía los fueros de Navarra y las provincias vascas.
El Carlismo en el Siglo XX
En el siglo XX, el carlismo aún tendría cierto protagonismo, desde posiciones de ultraderecha, en la sublevación militar de 1936, que dio comienzo a la Guerra Civil Española.