Cartago y Roma: Tratados, Dominio Mediterráneo y la Península Ibérica

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La Dinámica entre Roma y Cartago: Más Allá del Conflicto

No obstante, no debemos entender la situación como un enfrentamiento permanente entre Roma y Cartago, como ha sido habitual, sobre todo porque el comercio entre ambos estados está más que confirmado gracias a los propios tratados. Este segundo convenio sería más bien un intento de evitar tensiones. Era la metrópoli tunecina, sin embargo, la que todavía llevaba la batuta en el concierto mediterráneo.

El Tratado de 348 a.n.e. y la Hegemonía Cartaginesa

La inclusión de la Península Ibérica en el tratado de 348 a.n.e. sería la prueba más fehaciente del papel preponderante que Cartago adquiere en el siglo IV a.n.e., ya que en el de 509 a.n.e. no figura ninguna referencia al extremo occidental del Mediterráneo. No podemos pasar por alto, además, que los norteafricanos consiguen levantar, mediante este segundo tratado romano-cartaginés, algunas restricciones que pesaban sobre sus actividades de rapiña en el Lacio, pudiendo ahora quedarse para sí las riquezas y prisioneros capturados en las ciudades de esta zona que no estuvieran directamente sometidas a Roma.

El Enigma de Gadir: Interpretaciones sobre su Estatus

Frente a las menciones a Tiro y Útica, la ausencia de alusiones a Gadir y demás ciudades fenicias del sur peninsular en el tratado de 348 a.n.e. ha sido interpretada de diversas formas en los últimos años. Partiendo de las ideas difundidas por Tarradell sobre el «círculo del Estrecho», O. Arteaga habla de la existencia de una «liga púnica» encabezada por Gadir, ciudad que se mantenía política y económicamente independiente respecto a Cartago.

Por su parte, López Castro ha especulado recientemente con la posibilidad de que Gadir y las demás comunidades semitas de Iberia quedaran incluidas en la mención al «pueblo de Tiro», como expresión genérica para designar a todos los fenicios.

González Wagner, sin embargo, entiende que Gadir era un aliado de nivel tan bajo que ni siquiera merecía alusión en los tratados que con otros estados firmaba Cartago. Existe, ciertamente, una referencia muy clara sobre esa pretendida autonomía gaditana: un texto de Livio en el cual Magón, general cartaginés al que en el año 206 a.n.e. le deniegan la entrada en la ciudad, se queja del trato recibido siendo él socio atque amico de Gadir (XXVIII.37.1).

De la Diplomacia al Conflicto: La Expansión Cartaginesa en Hispania

Así pues, la Primera Guerra Púnica (264-241 a.n.e.) tiene lugar: Cartago pierde Sicilia, Córcega y Cerdeña, y se le cierran los mercados de Galia e Italia. Los cartagineses intentan compensarlo expandiéndose por Hispania y controlando directamente los recursos. Elaboran entonces un programa de conquista al mando de la familia Barca. En el 237 a.n.e., Amílcar Barca desembarca en Hispania (Polibio II.1.5).

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