Los Cartularios: Origen, Evolución y Relevancia en la Edad Media
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Los Cartularios
Al principio hay una penuria documental, siendo muy escasos en Europa, excepto algunos pocos casos. Quizá el motivo es el difícil reconocimiento entre copia y original. La memoria histórica se basa en una fuerte corriente de estudios. Su aplicación en los estudios medievales viene de la mano de Chris Wickham y Patrick Geary. Tenemos centros de memoria en los conjuntos arquitectónicos, la iconografía, obras librarias...
Los cambios vistos en el uso de la documentación también supone una mejora en su conservación por parte de reyes y eclesiásticos. Nacerán los cartularios, que dejan la cara “b” para las anotaciones del archivo, conservándose plegados.
¿Qué es un Cartulario?
El cartulario es, por tanto, el códice diplomático que contiene los documentos recibidos por una institución. Se diferencia de los registros porque en este caso son los documentos que entran, no los que salen. Hay un problema con las copias, pues el original puede ser copiado, además de modificado. Ya los eruditos de la Edad Moderna plantearon este problema.
Se encuentran en volúmenes en escrituras caligráficas que reunían la riqueza documental de una institución, facilitando su consulta y estudio. Hay recuentos de cartularios en Gran Bretaña e Irlanda donde se decía que habría 11.405 ejemplos con unos 200 documentos cada uno.
Normalización de la Forma
En el siglo XIII tenemos ejemplares carolinos. En la Península Ibérica o Britania en el siglo XII (y antes, pero en esta época se hacen más comunes). Responden a una necesidad de preservar y concentrar la información, además de atestiguar el contacto entre varias partes, como es el caso del Liber Testamentorum Adefonsi Regis, de mediados del siglo X y finales del XI.
Se elaboran cartularios en momentos críticos, como en Compostela en 1130.
Elaboración de un Cartulario
Para llevar a cabo un cartulario se impone un estudio previo. Se regularán los documentos y las cláusulas diplomáticas, así como mejorando el latín o la eliminación de elementos narrativos. Por tanto, su apariencia es ordenada, algo importante en la época.