La Casa de Bernarda Alba: Autoritarismo, Represión y Anhelo de Libertad

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La Moral Autoritaria en La Casa de Bernarda Alba

El tema principal de la obra se centra en la moral autoritaria, personificada por Bernarda, Majosefa y Adela. Bernarda representa la moral hipócrita y retrasada de un pueblo sin nombre, un pueblo que bien podría ser cualquier pueblo de España o, incluso, una representación de nuestros propios corazones. Bernarda construye un fortín para proteger a sus hijas, sin darse cuenta de que ella misma encarna el mal que intenta evitar.

Aunque algunos temas secundarios adquieren importancia, el eje central de la obra es el enfrentamiento entre dos actitudes fundamentales: la actitud que defiende una forma de vida dominada por las apariencias, las convenciones y la moral tradicional, y la actitud que proclama la libertad individual. Este enfrentamiento se plantea desde el principio, con Bernarda intentando imponer sus normas represivas, mientras que Majosefa y Adela intentan rebelarse y hacerse fuertes. Las demás hijas aceptan su destino con resignación, aunque Martirio se enfrenta a Bernarda en algunas ocasiones. Las criadas, relegadas a un segundo plano, critican a Bernarda a sus espaldas, siendo esta su forma de rebelarse. Incluso una de las mujeres del pueblo que asiste al duelo la califica de "lagarta".

El Autoritarismo de Bernarda

El autoritarismo de Bernarda se manifiesta desde su primera intervención y persiste hasta sus últimas palabras. Es una constante en su actitud y carácter. Marca rígidamente el comportamiento de sus hijas con los hombres, y estas deben obedecer, porque para ella, una hija que desobedece... Todas las mujeres de la casa deben someterse a su disciplina.

El Deseo de Libertad de Adela

Sin embargo, el deseo de libertad y el impulso amoroso de Adela son más fuertes que el temor a su madre. Desde el comienzo, la hija manifiesta su rebeldía a través del abanico, el vestido y la expresión de sus deseos de libertad y su decisión de romper con las normas de Bernarda. Al final de la obra, se produce el enfrentamiento directo: Adela le arrebata el bastón con el que Bernarda ejerce su autoridad, lo parte y defiende su libertad. No obstante, el tiempo de su libertad es efímero, y el suicidio de Adela ciega cualquier camino o pensamiento de libertad, imponiéndose la sombría y oscura dominación de Bernarda.

La Rebelión a Través de la Locura: Majosefa

Majosefa canaliza su rebelión a través de la locura, la única vía de escape para un personaje maltratado y enclaustrado en una habitación. Su prisión es aún más asfixiante al verse reducida. Su locura le ofrece la fortaleza para proclamar sus anhelos de libertad, enfrentarse a Bernarda y denunciar su tiranía y el sufrimiento y sometimiento de las otras mujeres. Tiene un papel muy simbólico y, en ocasiones, profético.

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