La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca: Opresión y Libertad

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La Casa de Bernarda Alba: Un Drama de Opresión y Anhelo de Libertad

La Casa de Bernarda Alba es una obra teatral escrita por Federico García Lorca en 1936, dos meses antes de su asesinato. Este drama, protagonizado por mujeres con un destino trágico, se encuadra en la tercera etapa del poeta y forma la "trilogía dramática de la tierra española" junto a Yerma y Bodas de Sangre.

Temas Principales y Secundarios

El tema principal de la obra es el enfrentamiento entre la moral autoritaria de Bernarda y el deseo de libertad presente en Adela y María Josefa, madre de Bernarda. Además, aparecen subtemas como:

  • La búsqueda del amor como consecuencia del miedo de las mujeres a permanecer solteras por la reclusión impuesta.
  • La hipocresía y la preocupación por la opinión ajena (obsesión por la limpieza, temor a la murmuración).
  • El sentimiento de envidia presente entre las cinco hermanas.
  • La injusticia social y la marginación de la mujer (castigo de la mujer adúltera, misoginia en Bernarda, que tiene más rasgos masculinos que femeninos).

Pepe el Romano: El Catalizador Invisible

Destaca el hecho de que, aunque todos los personajes son mujeres, el que funciona como catalizador de la obra es Pepe el Romano, al que se nombra constantemente pero no aparece en escena.

Simbolismo en los Nombres y Elementos

El carácter de muchos de los personajes se relaciona con el significado de su nombre:

  • Bernarda ("fuerte como un oso") utiliza de forma reiterada su bastón como símbolo de poder.
  • Angustias, Magdalena, Amelia y Martirio aceptan con resignación el destino impuesto por su madre.
  • Adela representa la sensualidad (simbolizada mediante el caballo, la mulilla) y la rebeldía (simbolizada por el vestido y abanico verdes, que también significan la desgracia).

Las palabras de María Josefa son una mezcla de locura y verdad. De La Poncia destaca su habla popular y variada.

El Agua como Símbolo

Lorca también utiliza el agua como símbolo: el pueblo no tiene ríos (igual a vida) pero sí pozos (el agua estancada representa la muerte). También se ve en María Josefa, que quiere encontrar el amor cerca del mar y alejarse del carácter triste de los habitantes de las tierras secas.

Lenguaje Coloquial y Poético

Con respecto al lenguaje, Lorca mezcla el lenguaje coloquial con el poético. Como lenguaje coloquial, aparecen insultos y amenazas ("¡Me vas a soñar!", "me arrancará los pocos pelos que me quedan") y vulgarismos ("sentarse"). Del lenguaje poético, aparecen metáforas y comparaciones (casa como un convento, prisión, infierno), animalizaciones y abundancia de hipérboles ("sangre en las manos tengo yo de fregarlo todo").

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