"Casa Tomada" y "Carta a una Señorita en París": Despojo, Surrealismo y Clase Social en Cortázar
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"Casa Tomada": Despojo y Decadencia de una Clase Social
"Casa tomada" presenta el despojo que sufren dos hermanos debido a un fenómeno inexplicable. El cuento escenifica la ocupación, en clave fantástica, de un espacio amplio y tradicional por algo que se manifiesta a través de ruidos de origen desconocido. La casa "espaciosa y antigua" simboliza el lugar tradicional que sucumbe ante lo nuevo. Los hermanos, Irene y el narrador, representan una clase social propietaria de tierras, de largo linaje familiar, que se aísla del mundo exterior y lleva una vida ociosa y decadente. Encarnan una clase social que pierde su protagonismo y es expulsada del lugar históricamente exclusivo que ocupaba.
Los hermanos no necesitan trabajar para vivir y tienen una relación de ocio con el tiempo. Las horas del día transcurren con una monotonía y frivolidad notables. La noche, tiempo en el que se expresa lo inconsciente y se suspenden las determinaciones del día, representa el momento de mayor intimidad y endogamia entre los hermanos.
"Carta a una Señorita en París": Surrealismo y la Imposibilidad de Integración
En los relatos de Cortázar, un elemento disruptivo rompe el equilibrio. En "Carta a una señorita en París" ocurre algo similar. Cortázar, influenciado por el surrealismo durante su estancia en Francia, invita a profundizar la mirada y a trascender lo superficial. No se puede interpretar su obra desde una perspectiva realista.
El personaje principal se encuentra en un estado de permanente movimiento, sin un lugar fijo. El departamento está meticulosamente ordenado, un orden que se altera al ser tocado, un orden sofisticado que reside en los detalles y que no puede ser alterado. El narrador no puede acceder a este orden porque la mujer ausente está presente en él. Este orden, que contiene objetos relacionados con la cultura, es de carácter sociocultural. El problema del narrador es su deseo de ingresar a un espacio cultural al que no pertenece (la clase alta, la alta cultura). Los síntomas que experimenta, como el vómito, son la manifestación de su rechazo. Su incapacidad para integrarse en ese orden provoca que un alter ego irrumpa y destruya el lugar, como una forma de ingresar a la alta sociedad.
La resolución al drama de la imposibilidad de integración se manifiesta en los conejos. El narrador anhela pertenecer a la clase social de Andrée. Existe un orden de clases: Sara representa a la clase trabajadora, el narrador al jazz y Andrée a la música clásica, reflejando nuevamente la diferencia de clases. El narrador culmina su fantasía arrojando los conejos por el balcón, junto con su propio suicidio.
El Peronismo como Irrupción de Clases
El peronismo significó la irrupción de una clase dentro de otra. Los trabajadores, al llegar a la fuente de la Plaza de Mayo, se descalzan y mojan los pies, un acto simbólico conocido como "Las patas en la fuente". La Plaza de Mayo, sede del poder político y económico, era un lugar tradicionalmente reservado para la alta sociedad. La fuente original fue reemplazada por el gobierno golpista, ya que la original estaba cargada de significado.