Las Causas y el Pacto de Ostende: El Camino a la Revolución Gloriosa de 1868 en España

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Las Causas de la Revolución Gloriosa (1868) en España

La Revolución Gloriosa de 1868, que puso fin al reinado de Isabel II en España, fue el resultado de una compleja interacción de factores económicos, ideológicos, políticos y sociales que generaron un profundo malestar en la sociedad española.

1. Crisis Económica

  • Crisis industrial: La Guerra de Secesión en Estados Unidos provocó una drástica subida de los precios del algodón, afectando gravemente a la industria textil española.
  • Aumento de gastos militares: Las dificultades del Gobierno para obtener créditos en el extranjero agravaron la situación financiera del Estado.
  • Paro: La crisis textil y la reducción de las obras ferroviarias generaron un aumento significativo del desempleo.

2. Crisis Ideológica: La Noche de San Daniel (10 de abril de 1865)

Este episodio clave se desencadenó por la destitución de Emilio Castelar, profesor de la Universidad Central de Madrid y miembro del Partido Demócrata. Castelar había rechazado una circular ministerial que recordaba a los docentes la obligación de ceñir sus enseñanzas a la ortodoxia católica, considerándola un ataque a la libertad de cátedra. Poco después, publicó el artículo «¿De quién es el patrimonio real?», criticando el «gesto» de la reina de donar bienes del patrimonio nacional para paliar el déficit de la Hacienda («la Casa Real devuelve al país algo que es del país»). La destitución de Castelar provocó el apoyo masivo de los estudiantes, lo que derivó en los sucesos de la Noche de San Daniel, seguidos de una violenta represión con muertos, heridos y numerosos detenidos.

3. Crisis Política: Los Pronunciamientos Militares

La inestabilidad política se manifestó a través de una serie de pronunciamientos militares:

  • Pronunciamientos de Prim: El general Juan Prim lideró intentos en 1865, 1866 (Villarejo de Salvanés) y 1867.
  • Rebelión de los Sargentos del cuartel de San Gil: En junio de 1866, esta rebelión fue sofocada con una durísima represión, que incluyó 66 fusilamientos.

4. Revueltas Urbanas y Conciencia Proletaria

En medio de la carestía provocada por la crisis de subsistencia de 1865 y un intenso malestar obrero, surgieron periódicos como El Obrero y La Asociación, que buscaban conectar con la recién fundada Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). El Obrero organizó en diciembre de 1865 un congreso al que asistieron 22 asociaciones. Sin embargo, la represión que siguió al pronunciamiento de Prim en 1866 provocó la desaparición de ambos semanarios y el movimiento obrero volvió a la clandestinidad.

El Pacto de Ostende (16 de agosto de 1866)

Ante la ineficacia de las intentonas militares aisladas, el general Prim se convenció de la necesidad de buscar el apoyo de los partidos de izquierda, lo que culminó en la firma del Pacto de Ostende el 16 de agosto de 1866.

Partidos Adheridos al Pacto:

  • Progresistas: Eran los más numerosos y contaban con un fuerte apoyo en el Ejército. Su figura principal era el general Juan Prim.
  • Demócratas: Los más extremistas y antiborbónicos, se dividían en monárquicos y republicanos (unitarios o federalistas).
  • Unión Liberal: Fueron los más tardíos en unirse al pacto y contaban con apoyo en la Marina. Su líder era el general Francisco Serrano.

Partidos Opositores o Al Margen:

  • En contra: Moderados y Carlistas.
  • Al margen: Los movimientos obreros, tanto los anarquistas como los socialistas, que no participaron en el pacto.

Características del Pacto de Ostende:

  • Rechazo explícito de la monarquía de Isabel II.
  • Planteamiento de un Gobierno de Coalición provisional que convocaría unas Cortes Constituyentes para decidir sobre la futura forma de Estado (monarquía o república).
  • Establecimiento del sufragio universal.
  • Carencia de contenidos sociales explícitos, centrándose principalmente en el cambio político.

Aceleración del Proceso Revolucionario

El camino hacia la revolución se vio acelerado por la muerte de figuras clave como Leopoldo O'Donnell en 1867 y Ramón María Narváez en 1868, lo que debilitó el régimen isabelino. La subida al poder de Luis González Bravo, conocido por su política represiva, intensificó el descontento. Desde la firma del Pacto de Ostende hasta 1868, el Gobierno recurrió constantemente a la fuerza, suprimiendo periódicos de la oposición, manteniendo las Cortes en suspenso y depurando a generales unionistas y a políticos demócratas y progresistas. Esta situación de represión y falta de libertades fue el caldo de cultivo para el estallido de la Revolución Gloriosa.

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