La Centralización Borbónica en la España del Siglo XVIII: Unificación y Modernización Administrativa

Enviado por Pedro MAnuel Quintana Morente y clasificado en Historia

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La Centralización Borbónica en la España del Siglo XVIII: Unificación y Modernización Administrativa

En el siglo XVIII, el gobierno de los Borbones españoles se caracterizó por dos principios fundamentales: la centralización político-administrativa, donde el poder emanaba directamente del rey y sus ministros, y la uniformidad, que implicaba la aplicación de las mismas medidas a todos los súbditos por igual. El objetivo primordial era imponer la homogeneidad política en todos los reinos, lo que requería la unificación de las leyes mediante la abolición y derogación de los fueros y privilegios de los distintos reinos de España.

Los Decretos de Nueva Planta y la Unificación Jurídica

De acuerdo con estas ideas, el régimen peculiar de cada uno de los antiguos reinos de Valencia y Aragón, Mallorca y Cataluña desapareció a partir de una serie sucesiva de decretos: los Decretos de Nueva Planta, promulgados por Felipe V. Como resultado, todos estos territorios quedaron sometidos a las mismas leyes, instituciones y cargos que Castilla. De esta manera, se allanó el camino que conducía a la unificación jurídica y a la centralización del poder monárquico.

Es importante destacar que las provincias vascas y Navarra conservaron sus fueros a cambio de la ayuda prestada a Felipe V en la Guerra de Sucesión. Además, se instauró un nuevo régimen fiscal con un sistema de contribución única, siguiendo el modelo de Castilla.

Reformas en la Administración Central

En la administración central, se produjeron cambios significativos:

  • Integración de Consejos: Los Consejos territoriales se integraron en el Consejo de Castilla, que pasó a ser el centro del gobierno interior de España.
  • Ascenso de los Secretarios: Los Secretarios, precursores de los actuales ministros, se convirtieron en técnicos dotados de gran poder de decisión en cada ámbito. Su número fue aumentando con el tiempo y según las necesidades, dando lugar a Secretarías como:
    • Guerra
    • Marina e Indias
    • Justicia
    • Estado
    • Hacienda
    Estos Secretarios llegaron a convertirse en el organismo más importante del poder central.
  • Rol de las Cortes: Por su parte, las Cortes se convirtieron en una institución única y reunían a representantes de todos los territorios de España, con la excepción de Navarra. Tuvieron escasa importancia y su única misión era jurar fidelidad a cada nuevo rey.

Reformas en la Administración Territorial y Local

En la administración territorial, se crearon nuevas figuras administrativas y políticas como representantes de la autoridad real en los territorios alejados de Madrid:

  • Los Intendentes: Estos controlaban una circunscripción de tamaño medio (precedente de la provincia), tenían funciones administrativas, fiscales y judiciales, y eran nombrados por el rey o el Secretario de Estado.
  • Los Capitanes Generales: Que sustituyeron a los virreyes, tenían la jefatura militar y presidían las audiencias, por lo que también poseían competencias judiciales.

La administración local, por su parte, perdería su autonomía financiera como consecuencia de las disposiciones centralizadoras que llevaron a cabo los Borbones. El cargo de corregidor, como representante del rey en cada ayuntamiento, restó protagonismo a los alcaldes y regidores.

Legado de las Reformas Borbónicas

Estas modificaciones fueron el antecedente del proceso de construcción del Estado-nación llevado a cabo por el liberalismo del siglo XIX.

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