El Cerebro Humano: Explorando la Complejidad de sus Tres Subsistemas
Clasificado en Psicología y Sociología
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Introducción
El cerebro, un órgano de consistencia semisólida, se adapta a la forma del cráneo, su continente. Con una forma ovoide y una extremidad posterior más ancha, pesa alrededor de 1400 gramos en el hombre y 1200 gramos en la mujer. Ocupa la parte anterosuperior del encéfalo, casi la totalidad de la caja craneal. Su parte superior (convexidad) se corresponde con la bóveda craneal, y su parte inferior (base) con el compartimiento anterior y medio de la base del cráneo. El encéfalo se protege del medio externo por medio de tres barreras: el cráneo (principal barrera contra el trauma físico), las meninges y el líquido cefalorraquídeo (LCR).
El Cerebro Triuno
Investigadores como Sperry, Mac Lean, Gazzaniga y Pibram (1978), y Restok (1984), entre otros, descubrieron la estructura en "capas de cebolla" del cerebro, producto de la evolución biológica. Actualmente, se habla del cerebro triuno, un cerebro con tres capas o subsistemas:
- Neo-corteza (o humano): Asiento del pensamiento.
- Límbico (o mamífero): Asiento de la afectividad.
- Reptil (o instintivo): Asiento de los instintos.
Cerebro Básico, Reptil o Instintivo
El sistema reptil, o subcerebro "reptil", ejecuta los programas básicos de la vida. Es un sustrato donde se ubican los instintos y los cambios psicológicos necesarios para asegurar la supervivencia. Las conductas del sistema "reptil" son difíciles de modificar porque son preprogramadas, inconscientes y automáticas. El individuo nace con ellas. Solo una capacidad de razonamiento bien desarrollada puede analizar y asumir responsablemente las conductas del sistema "reptil" y sus consecuencias.
Las estrategias de modificación de conducta, populares en educación y sustentadas por teorías basadas en investigaciones con animales, se consideran insuficientes y, en algunos casos, inadecuadas, porque generalmente reprograman la conducta a nivel básico e inconsciente. No podemos olvidar que el "reptil" es un subsistema de esa computadora portátil llamada cerebro y, por lo tanto, lejos de ignorar su existencia, debemos comprender y guiar su participación positiva en el proceso de aprendizaje.
Por ejemplo, podemos utilizar estrategias en el aula para que el alumno perciba lo que aprende como parte de sus necesidades básicas, lo que le permitirá sobrevivir en un mundo que requiere flexibilidad y cambio permanente. Si, por el contrario, el alumno trata de responder al solo estímulo de aprobar un examen, tratará de sobrevivir dentro del contexto escolar, almacenando información y recordándola hasta el día del examen, pero aprobará y olvidará. En este caso, no podemos hablar de aprendizajes significativos.
La Lucha por el Poder
(En esta sección se espera que se desarrolle el tema de la lucha por el poder entre los subsistemas del cerebro, que se menciona al final del texto original, pero que no se amplía).