Cide Hamete Benengeli: Metaficción, Realidad y el Capítulo del Bachiller en Don Quijote

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Cide Hamete Benengeli: El Narrador Ficticio de Don Quijote

Cide Hamete Benengeli es un personaje ficticio, un supuesto historiador musulmán creado por Miguel de Cervantes en su novela Don Quijote de la Mancha. Cervantes dice que fue este Cide y no él, quien escribió gran parte del Quijote (desde el capítulo IX en adelante). La novela sería entonces la traducción de un texto más antiguo escrito en árabe que relataría unos hechos supuestamente verídicos.

Esta habilidosa pirueta literaria metaficcional parece buscar dar más credibilidad al texto, haciendo creer que Don Quijote fue un personaje real y que la historia podría tener décadas de antigüedad. Sin embargo, por otro lado, es obvio para el lector que tal cosa es imposible, pues la presencia de Cide Hamete plantea múltiples incongruencias temporales.

Cide Hamete es morisco: aunque no se le aplica explícitamente este adjetivo, sí dice Cervantes que es «arábigo y manchego», es decir, un musulmán español de lengua árabe, y no un norteafricano o un otomano.

Capítulo 2: El Bachiller Carrasco y el Salario de Sancho

El cura y el barbero decidieron irse a la vez que escuchaban cómo el ama y la sobrina de Don Quijote estaban acusando a Sancho, que quería ir a visitar a su amo, de haber engañado a Don Quijote.

Al oír esto, Don Quijote manda a Sancho entrar para poder hablar con él. Don Quijote le pregunta a Sancho cuál es la opinión del pueblo sobre sus hazañas. Sancho le responde diciendo que en el pueblo todo el mundo decía que Don Quijote estaba loco y que Sancho era un mentecato, y que también se decía que Don Quijote se había puesto el “don” y que se había hecho caballero sin derecho a ello. Don Quijote dijo que esos rumores eran todos causa de la envidia.

Sancho le contó también que Bartolomé Carrasco, que acababa de hacerse bachiller en Salamanca, le contó que había visto impresa la historia de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Don Quijote, al oír esto, mandó a Sancho en busca del bachiller.

En cuanto el ama de Don Quijote vio entrar a Sancho, se fue a buscar al bachiller para que impidiera la salida de ambos. Cuando el bachiller escuchó lo que le dijo el ama, le aconsejó que se tranquilizara y que se fuese a casa, que más tarde iría él.

Cuando Sancho estuvo solo con Don Quijote, le pidió, por consejo de su mujer, un salario ya que no se podía mantener de las mercedes. Don Quijote le dijo que era tradición que los escuderos se mantuvieran de las mercedes de su señor y que él no estaba dispuesto a romper ninguna tradición caballeresca. Don Quijote le dijo a Sancho que si no quería continuar siendo su escudero, ya encontraría otro.

Al poco tiempo apareció el bachiller junto con el ama y la sobrina de Don Quijote. El bachiller se acercó a Don Quijote y le animó a proseguir con su aventura, ofreciéndose incluso para ser su escudero. Sancho, al oír esto, comenzó a llorar y le dijo que él seguiría siendo su escudero y que solo le había pedido el sueldo para complacer a su mujer. Después de esto, Sancho y Don Quijote se abrazaron y acordaron que la salida fuese a los tres días. Después de esto, el ama y la sobrina se quedaron asombradas y desesperadas al ver que el bachiller estaba del lado de Don Quijote y no del suyo.

Sancho consiguió calmar a su mujer y Don Quijote a su sobrina y al ama. A los tres días partieron hacia El Toboso, pero esta vez Sancho llevaba una bolsa de dinero que le había dado Don Quijote para cubrir los gastos que se les presentaran.

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