Clásicos de la Literatura Infantil Española
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Los llamados clásicos de la Literatura Infantil española.
Introducción
La historia de la literatura infantil en España ofrece una selección de obras consideradas por algunos críticos como clásicos infantiles y seleccionadas con arreglo a un criterio semipedagógico y semiliterario. España no era tierra abonada para la literatura infantil porque en la literatura infantil española predomina el enfoque intuitivo, la capacidad humorística, capaz de expresar las situaciones más extremas de éxito o de fracaso y ninguno de estos elementos son fácilmente asimilables por una mente infantil.
Obras y autores considerados como clásicos de la literatura infantil española
El cantar del mio cid (anónimo) fue publicado en 1140, es un cantar de gesta que cuenta la historia de los héroes, es todo en castellano antiguo, está escrito en cuaderna vía. Lo incluyen porque hay aventuras en la obra.
“Los milagros de nuestra señora” de Gonzalo de Berceo del siglo XII son cantares en honor y alabanza de la virgen, en castellano antiguo y el hecho de que se entienda como clásico es por el tema religioso, esto también ocurre con la obra “Las cantigas de Alfonso X, el sabio” en el siglo XIII. El “Libro de Alexandre” es anónimo se escribe en el siglo XIII cuenta las proezas de Alejandro Magno, la heroicidad lo lleva a la literatura.
Los cantares de gesta medievales principalmente del siglo XIII como “Los siete infantes de Lara” también son de aventura y por eso se introduce en la literatura infantil.
El romancero es una cantera riquísima de literatura infantil contamos con romances históricos, pero con aventuras que parecían novelescas, aunque eran verdaderas. También hay algo parecido con los romances líricos, como el de “Rosa florida” o “El conde Olinos” que son de rimas muy fáciles. Hay tanto romances como poemas de gesta que son muy populares y con mucha más variedad que los cantares de gesta.
Los romances moriscos tomados de la época en la que convivieron los árabes con los romanos, parecen historias para niños, pero solo algunos sirven para despertar la escena morfosintáctica.
El libro de los animales de Raimundo Lulio se incluye porque aparece el mundo animal.
“El Conde Lucanor” o “El libro de Patronio” es más propio de adultos del siglo XIV y su autor es el infante don Juan Manuel, se trata de una colección de 50 apólogos con una moraleja clara, dedicada en principio a los adultos, pero como no había literatura infantil se lo leían también a los niños. Se trata de narraciones breves en forma de parábolas, cuentos maravillosos, cuentos satíricos y anécdotas curiosas y divertidas. En nuestra opinión, la mayoría de ellos ni son adecuados para la infancia por su carácter satírico o burlesco e incluso cruel.
En el siglo XVI surgen “Los Diálogos” de Luis Vives, uno de los capítulos lleva por nombre “Diálogos escolares” y en el indica a sus alumnos qué libros tienen que leer. También hace graciosas y animadas descripciones que lo acercan a la infancia, las hace de los niños yendo a la escuela a la vez que reproduce sus conversaciones. El mundo infantil si cobra vida en los animados diálogos de Luis Vives, pero solo se puede adaptar.
Lope de Rueda, es discípulo de Lope de Vega, del siglo XVI se caracteriza por los pasos que son obras que se colocan como los entremeses en medio de otras obras. También pueden representarse ellos solos, aunque son de corta duración como por ejemplo “La Tierra de Jauja” o “Aceitunas”. Se considera clásico porque tiene ocurrencias chistosas y un elemento burlesco muy fuerte.
“El lazarillo de Tormes” (1554) titulada “La vida del Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades” tuvo mucha difusión y algunos críticos lo consideran un libro para todos pese a ellos y a las adaptaciones infantiles, sus pasajes crueles, maliciosos, en el principio y final no hacen de él una obra aconsejable para la infancia, solo la literatura infantil actual ha tomado del Lazarillo los episodios en sarta, es decir, los episodios unidos por un hilo conductor, el protagonista suele ser Lázaro y ocupa un lugar preminente en todos los capítulos.