La cláusula de conciencia y el secreto profesional en el periodismo
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La cláusula de conciencia
El fundamento de la cláusula de conciencia es fomentar una opinión pública libre a la hora de transmitir informaciones veraces. Los intereses que están en juego son: por una parte, el interés legítimo de la empresa con ánimo de lucro; por otra parte, hay que pensar que la información no es una mercancía. Se trata de un derecho de los periodistas que viene establecido en el artículo 20.1.d. Se estableció que para ejercer la profesión periodística es necesario que una persona tenga un título académico. Sin embargo, se considera que va en contra del Estado democrático que se vede el acceso a la labor periodística solo a aquellos que tengan el título académico. El origen de la cláusula de conciencia tiene lugar en Italia. Se considera que ha de conciliarse la línea editorial del medio con la libertad del periodista. Está establecido que si se produce un cambio radical de la línea editorial del medio, se puede rescindir la relación contractual. El cambio editorial ha de ser trascendental y sustancial. Su desarrollo, aunque se constitucionaliza en nuestro país, ha de establecerse en una ley orgánica (Ley Orgánica 2/1997) por encontrarse en esa parte de la Constitución. Además, aunque no hubiese regulación tendría también eficacia jurídica inmediata (vincula a todos los poderes públicos). La cláusula de conciencia viene regulada en la Ley Orgánica 2/1997.
El secreto profesional
La finalidad del secreto profesional es garantizar el derecho a la opinión pública libre. El concepto de secreto profesional se relaciona también con médicos, sacerdotes y abogados, y es entendido como un derecho-deber. En 1994 se configura como el derecho a no revelar las fuentes a nadie, y se establece como un derecho-garantía. También la Constitución lo prevé en su artículo 20.1.d. En el mundo anglosajón, el secreto profesional no tiene un reconocimiento tan importante. Dentro del continente europeo, Francia y Bélgica son contrarios al derecho profesional, porque sostienen que puede dar como consecuencia a que se transmitan simples rumores sin ofrecer una contrastación suficiente de las fuentes.