Claves de la Comedia del Siglo de Oro: Figuras, Honor y Corrales
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Personajes Típicos de la Comedia del Siglo de Oro
El Gracioso
El gracioso es un personaje característico de estas comedias. Se distingue por ser un criado glotón y chistoso que acompaña al protagonista principal y se encarga de poner el punto cómico a las escenas más serias. Sus aventuras amorosas son paralelas a las de su señor: se enamora de la criada de la dama y sufre los mismos vaivenes que su amo.
El Rey
El rey es otro de los personajes que aparecen habitualmente, bien como monarca joven y alocado, que comete excesos y recibe la censura correspondiente, o como rey maduro encargado de impartir justicia.
Estructura, Métrica y Temas Fundamentales
- Las comedias presentan gran variedad métrica y estrófica. Lope de Vega sistematiza el empleo de romances, redondillas, décimas, sonetos, etc., para cada una de las situaciones dramáticas.
- La principal fuente de argumentos es la historia nacional, que sirve para ilustrar los temas fundamentales de este teatro: defensa de la monarquía, de la religión y, sobre todo, de la honra. Recordemos que en esta época se entiende por honra la buena opinión o fama de una persona, adquiridas gracias a la virtud o al mérito. Esta puede perderse por actos propios (cobardía, traición) o ajenos (insultos, infidelidades). En ese último caso se impone una venganza inmediata que restituya el honor perdido.
Los Corrales de Comedia: Escenarios del Siglo de Oro
En el Siglo de Oro no existían los teatros tal y como hoy los conocemos. Las representaciones se celebraban en los llamados corrales de comedia. Estos estaban situados en los patios centrales de las casas de vecinos, en cuyo fondo se levantaba un escenario.
La gente del pueblo se colocaba de pie en el patio, mientras que los nobles y adinerados alquilaban los balcones de los pisos superiores. Con el tiempo, se van estableciendo normas para acudir a las representaciones. Así, las mujeres son separadas de los hombres y se sitúan en la parte posterior del patio, en un espacio acotado llamado cazuela; las funciones se debían hacer a la luz del día, para evitar que hombres y mujeres compartieran un espacio a oscuras, etc. Pese a todo, hubo quien tachó al teatro de inmoral, tanto es así que llegó a estar prohibido en algunas épocas.
Los corrales de la Cruz y del Príncipe, ambos en Madrid, alcanzaron mucha fama, tanto por su actividad teatral como por los altercados causados por sus respectivos seguidores: los chorizos y los polacos. Conforme avanza el tiempo, se van construyendo lugares específicos, lo que permitirá un mayor desarrollo de la escenografía.