Claves del Liderazgo Exitoso: Dinámica de Grupo y Cultura Organizacional
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La Relación entre Líder y Seguidores: Obstáculos y Virtudes
La dinámica entre un líder y su equipo es fundamental para el éxito de cualquier organización. Comprender tanto los factores que pueden llevar al fracaso como las cualidades que definen a un liderazgo efectivo es crucial en el entorno profesional actual. A continuación, se detallan los principales escollos y las competencias clave para un liderazgo moderno.
Factores que Llevan al Fracaso del Equipo
Liderazgo no efectivo
Si no existe una figura de liderazgo clara, difícilmente un equipo podrá tener éxito.
Falta de interés por parte de la dirección
Cuando los altos mandos de la organización no están convencidos ni capacitados para transmitir con el ejemplo lo que la empresa persigue, se puede generar un fracaso desde la misma conformación del equipo de trabajo.
Mala comunicación
Es fundamental entender que no es lo mismo hablar que comunicar. Regularmente, los líderes hablan, pero no todos transmiten con claridad sus ideas, metas y estrategias. Además, a menudo dan por hecho que el equipo lo ha entendido todo y que debe llevarlo a cabo sin más.
Individualismo
Se debe tener especial cuidado cuando uno de los miembros del equipo quiere sobresalir por encima de sus compañeros. Estos elementos suelen estar acostumbrados a trabajar solos y es posible que no hayan interiorizado la importancia de la colaboración dentro de un equipo con un líder definido.
Conflictos personales
Cuando la relación entre miembros no es sana y surgen conflictos, se deberá encontrar la manera oportuna de gestionar la situación. Esto puede implicar mediar para resolver esas diferencias antes de reintegrar plenamente a los individuos en la dinámica grupal.
Cualidades del Liderazgo Moderno y Exitoso
Capacidad de enseñar y contagiar
Todo líder es una guía y un conductor de personas y grupos humanos. Posee la habilidad de enseñar rumbos y creer en ellos con tal seguridad y convencimiento que los seguidores hacen suyos esos ideales y metas.
Educar y promover valores
Un director es un ente promotor de valores que debe señalar y verificar el rumbo de la organización. El directivo es, ante todo, el preservador de la identidad institucional y el promotor del destino exitoso y congruente de todos los esfuerzos, tanto individuales como colectivos.
Evaluar a su gente
Evaluar implica conocer a fondo a las personas, sus cualidades y sus limitaciones. Consiste en analizarlas en función del resto del equipo y de las metas trazadas. Este proceso de evaluación, de hecho, se inicia desde el reclutamiento del personal.
Fomentar la cultura organizacional
La cultura organizacional es la unión de normas, hábitos y valores que, de una forma u otra, son compartidos por las personas y grupos que dan forma a una institución. Esta cultura es capaz de modular la forma en la que los miembros interactúan con el propio entorno y entre ellos mismos.
Innovación
Quien no innova es porque no ha aprendido nada de los tiempos que corren. Las ideas fijas ya no tienen cabida en un escenario como el actual, donde las tendencias son breves, momentáneas y lo único seguro es el cambio. Innovar es ser creativo, adaptarse y renovarse.
Conectividad y comunicación digital
Si quiere mantener una buena relación con sus colaboradores, el líder no puede ignorar las herramientas y los recursos digitales. Debe ser consciente de que las conexiones ya no son solo físicas, sino también (y sobre todo) virtuales, y que gran parte de la interacción y la comunicación ocurren en el plano digital.
Aprendizaje permanente
El mundo cambia constantemente y, como tal, hay que estar dispuesto a aprender cada día aquello que ayer dábamos por sentado. Los retos se renuevan, y el líder debe estar en un proceso de formación continua.
Inteligencia emocional
Muchos liderazgos del siglo XX fueron excesivamente racionales. El siglo XXI requiere líderes que superen ese esquema y aprendan a escuchar sus emociones y las de los demás. Un buen líder empresarial es aquel que usa tanto la razón como el corazón, aplicándolo tanto a sí mismo como a quienes le rodean.