Claves de los Movimientos de Vanguardia: De Marinetti a Breton

Las Vanguardias Literarias Clave del Siglo XX

Los movimientos de vanguardia de principios del siglo XX representaron una ruptura radical con la tradición estética, explorando nuevas formas de expresión. A continuación, se detallan las características de cuatro de las corrientes más influyentes.

Futurismo

Fundado en Italia por Filippo Tommaso Marinetti en 1909, el Futurismo rechaza radicalmente la estética del pasado y exalta los avances científicos y la modernidad. Sus seguidores prefieren cantar los avances de las técnicas o la belleza de las nuevas máquinas modernas. En España, la temática futurista se muestra esporádicamente en los autores de la Generación del 27.

Cubismo

Arranca como escuela literaria en Francia en 1913 gracias a Guillaume Apollinaire, autor de los célebres caligramas, unos poemas visuales cuyos versos tratan de dibujar el contenido del poema. En poesía, igual que en pintura, se procede a descomponer la realidad para recomponerla libremente, mezclando conceptos, imágenes y frases. Es frecuente en el Cubismo, tanto pictórico como literario, la técnica del collage, en la que se mezclan fragmentos o frases recortadas de distintos periódicos y revistas.

Dadaísmo

Lo creó el poeta rumano Tristan Tzara en 1916. Su nombre, elegido al azar abriendo un diccionario con un cuchillo, recuerda al balbuceo infantil «da-da». El Dadaísmo es la rebeldía contra la lógica, contra todas las convenciones estéticas y contra el sentido común. Sus partidarios afirman que los verdaderos dadaístas están en contra de cualquier movimiento, incluyendo el suyo propio. El gran papel del Dadaísmo fue preparar el camino para la revolución surrealista.

Surrealismo

André Breton publica en 1924 el Primer manifiesto surrealista. El Surrealismo pretende ser una revolución integral: propugna la liberación de los impulsos naturales reprimidos en el subconsciente (influencia de Freud) y la liberación de la servidumbre social burguesa (influencia de Marx). Para los surrealistas, la vida cotidiana es la cara más gris de la realidad, por lo que hay que acceder a una realidad más alta, una suprarrealidad que permanece amordazada en la conciencia por la vigilancia de la razón. Para conseguirlo, practican la escritura automática, una forma de escribir que surge del inconsciente cuando fluye liberado de toda razón o preocupación estética o moral. En un poema surrealista aparecen asociaciones libres de palabras, metáforas insólitas, imágenes oníricas y hasta delirantes. Es, en definitiva, un lenguaje que va directamente a provocar sentimientos y reacciones también inconscientes.