Claves de la Narrativa y el Estilo en los Cuentos de Borges (El Aleph)
Características de los Cuentos en El Aleph
El Aleph se compone de dieciocho cuentos, piezas breves en donde hay sobre todo fabulación, historia. Los personajes se subordinan a la trama, son las piezas del juego en el que intervienen como un número limitado y concreto de posibilidades al actuar. La brevedad es una de las características esenciales de la cuentística borgeana; en esta obra, todos son breves excepto dos: “El inmortal” y “El Aleph”.
Discurso Narrativo y Estructura
- El discurso narrativo se caracteriza por su fragmentarismo, nos ofrece una historia siempre incompleta.
- El escritor muestra un especial interés por el final breve y de impacto, sorprendente y violento en sentido ascendente. Ello ocurre porque, con frecuencia, al final se revela el trágico destino.
- Los comienzos de los cuentos son muy variados: a veces utiliza el recurso del manuscrito encontrado (“El inmortal”), otras como si se tratara de un estudio erudito (“Los teólogos”); en ocasiones, carecen de anécdota y adoptan la apariencia de un ensayo o una disquisición filosófica, o se presentan como falsas confesiones autobiográficas (“El Aleph”).
- El punto de arranque de un cuento de Borges puede ser un párrafo leído en una enciclopedia, o en un libro de Historia, o en un tratado cabalístico… pero, también puede tratarse de un libro imaginario. Otras veces, arranca de un mito, o de un episodio histórico, de una leyenda antigua, de un suceso…
- La omnipresencia del narrador: La voz del narrador está constantemente presente. Son escasos los diálogos y los monólogos. El punto de vista puede distanciarse en 3ª persona (“Emma Zunz”, “La espera”) o acercarse (fundirse con la historia en la 1ª persona): “La casa de Asterión”, “La escritura del dios”. Borges simula incertidumbres, dudas, desconocimiento (escribe como si no tuviera idea clara de los hechos narrados); sus narradores (él mismo en tal papel) confiesan un dominio parcial, vacilante, relativo de la historia.
El Estilo en la Prosa de Borges
En cuanto al estilo, cabe destacar una prosa alejada del barroquismo, que busca la precisión y la concisión en la que destacan:
- Sutilísima ironía.
- La andadura lenta e impregnante de la cláusula.
- La presencia de fórmulas lapidarias con cierto aire de máxima filosófica.
- El gusto por las paradojas.
- Insólitas asociaciones de palabras y conceptos (oxímoron, ej: puñalada feliz, graciosa torpeza).
- Enumeraciones meteóricas (vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, etc. del último cuento).
- Anáforas.
- Metonimias (alcohol pendenciero, corredores perplejos, el porteño).
Adjetivación y Simbolismo
- Muy importante en Borges es la adjetivación:
- Adjetivo clave o tic (reiteración obsesiva, por ejemplo: proceso infinito, infinito cielo, dioses indescifrables, llanura inagotable, circunstancias enigmáticas).
- Adjetivación bivalente (físico y conceptual, por ejemplo: vasto colegio ilusorio, desolada quinta simétrica).
- Epíteto.
- Muy frecuentes, también, son los símbolos (aparece un recurrente sistema de símbolos) obsesivos, reiterados como por ejemplo: laberinto, espejo, tigre, la espada/cuchillo, el río, la rosa, biblioteca, etc.
El Cuento como Juego y Enigma
El cuento borgeano es siempre un ejercicio de inteligencia y de imaginación; sus historias son juegos o partidas de ajedrez literario que propone al lector (que debe ser un lector activo) a quien desafía —entre propuestas que son sofismas y datos no siempre fiables— para vencerlo finalmente. Aparecen con frecuencia alusiones a escritores, filósofos que nos muestran su vastísima cultura.
Es característico del cuento borgeano el empleo del modelo de acertijo o enigma. El autor es un maestro del relato-enigma cuyo esquema clásico (Poe, Chesterton…) parodia y modifica. Lo que origina la inversión de los modelos clásicos es su pérdida de fe en la posibilidad de encontrar la verdad, es la presencia de un mundo caótico que solo se puede representar a través de símbolos como el laberinto.