Claves de la Revolución Industrial: Orígenes, Desarrollo y Expansión Global
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La Revolución Industrial: Conceptos Fundamentales
La Revolución Industrial fue un conjunto de cambios económicos, científicos y técnicos trascendentales que se produjeron en las sociedades occidentales a finales del siglo XVIII. Se inició en Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII y se extendió progresivamente a los países de Europa occidental y Norteamérica. Posteriormente, su influencia llegaría a la Europa mediterránea y oriental. Es importante destacar que se distinguen dos revoluciones industriales, separadas por la fecha de 1870.
La Revolución Industrial en Gran Bretaña: Cuna de la Transformación
La Revolución Industrial se inició en Gran Bretaña. Los sectores industriales que impulsaron el crecimiento británico fueron principalmente las industrias algodoneras y siderúrgicas, destacando la invención de la máquina de vapor de James Watt. Diversos factores hicieron posible el surgimiento de la Revolución Industrial en Gran Bretaña:
- Gobiernos de talante liberal.
- Desarrollo de la agricultura: caracterizado por el aumento de las superficies cultivadas, la introducción de nuevos productos y el perfeccionamiento en los instrumentos de labranza.
- Crecimiento progresivo del mercado interior.
- Expansión de los mercados ultramarinos.
De esta forma, se observaron las siguientes dinámicas:
- Los intercambios comerciales más intensos se producían entre Europa y América, basados en transacciones de materias primas por productos manufacturados.
- El Reino Unido empleó presiones políticas para imponer a otros países la obligatoriedad de aceptar el comercio británico en sus colonias.
- La iniciativa empresarial y un robusto sistema financiero fueron cruciales. La concentración de capitales necesarios se obtenía de varios modos, incluyendo préstamos bancarios, la creación de asociaciones o instituciones y el desarrollo de compañías de seguros.
La Primera Revolución Industrial (Hasta 1870)
Las Industrias Fundamentales: Textil y Siderúrgica
La industria textil aprovechó la prohibición del Parlamento Británico a la importación de tejidos de algodón, lo que protegía y aseguraba el mercado interior. Máquinas innovadoras como la Jenny (Hargreaves), la Water Frame (Arkwright) o la Mule de Crompton revolucionaron la producción textil.
Por su parte, la industria siderúrgica tuvo que fabricar las nuevas herramientas que demandaba la actividad agrícola. Posteriormente, su rol se expandió para satisfacer las necesidades de mecanización de las fábricas textiles y de los medios de transporte. Para ello, fue necesario recurrir al carbón como combustible principal para la obtención de hierro.