Cogito, ergo sum: La primera verdad de Descartes

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Cogito, ergo sum

Es la primera verdad a la que llega Descartes una vez aplicada su duda metódica, una verdad evidente ya que posee sus dos características propias: la claridad y la distinción. Es el primer fundamento de la filosofía cartesiana, la evidencia de su alma como sustancia pensante y como paradigma de la existencia.

Método

Consiste en un conjunto de reglas fáciles para llegar a la verdad y nunca tomar lo falso por lo verdadero, empleando la intuición y la deducción. Consta de cuatro reglas:

  • Evidencia: Solo admitir lo inconfundiblemente verdadero.
  • Análisis: Dividir el problema para estudiar mejor cada una de sus partes.
  • Síntesis: Proceder de lo simple a lo complejo.
  • Enumeración-revisión: Comprobar todo el procedimiento para asegurarse.

El conocimiento

La primera idea evidente es "yo pienso". A este tipo de ideas claras y distintas, que proceden de la experiencia, les llama innatas. Este tipo de ideas han sido puestas por el autor de la naturaleza y se van desarrollando con nosotros a lo largo de la vida.

Hay otro tipo de ideas (adventicias) que proceden de la experiencia. Estas ideas son confusas, y por lo tanto no son fiables.

Otras ideas proceden de la propia mente, son fruto de la imaginación y las ilusiones, surgen de la combinación de ideas adventicias y pertenecen al mundo de la ficción. Tampoco son ideas fiables y se denominan facticias.

La intuición y deducción son las claves del conocimiento cartesiano.

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