Coleridge y el Romanticismo Inglés: Contexto, Obras y Legado Literario
Clasificado en Griego
Escrito el en español con un tamaño de 5,04 KB
Coleridge: Contexto Histórico-Literario
Samuel Taylor Coleridge es uno de los representantes más destacados de la poesía romántica inglesa. Dentro de este movimiento, podemos diferenciar dos corrientes principales:
Los Poetas de los Lagos, grupo al que pertenecen Coleridge y Wordsworth. Este último cultivó una poesía centrada en el análisis del yo y la contemplación de la naturaleza.
Los Poetas Rebeldes o Satánicos, denominados así por hacer de su vida y obra un acto de rebeldía contra la sociedad y la moral de la época. Entre ellos encontramos a:
Lord Byron: Creador de personajes marginados y rebeldes. Destaca su poema Caín, donde critica la injusticia divina por elegir a Abel y no a Caín.
Percy B. Shelley: Autor de Adonais, una elegía por la muerte de Keats que expresa una aceptación serena de la muerte.
John Keats: Reconocido por su «Oda a una urna griega», que aborda el poder inmortalizador de la belleza manifestado en las producciones artísticas de la antigua Grecia.
Producción Literaria de Coleridge
Coleridge y Wordsworth son conocidos como los Poetas de los Lagos debido a su residencia en la región de los lagos de Inglaterra. Para ambos, la naturaleza es una forma primordial de revelación de lo divino y un medio esencial para el análisis de la propia interioridad.
Mientras Wordsworth se enfoca en el análisis del yo, la meditación solitaria y la emoción derivada de la contemplación de lo cotidiano, Coleridge, en contraste, recurre al pasado como un tiempo misterioso y fantástico. Su obra proyecta al lector hacia el mundo de la imaginación y lo sobrenatural.
En 1798, Wordsworth y Coleridge publicaron conjuntamente el influyente libro de poemas Baladas líricas. Las primeras cuatro composiciones eran de Coleridge, y el resto, de Wordsworth.
De la obra de Coleridge, sobresale «La balada del viejo marinero», que narra la historia de un marinero castigado con la muerte de su tripulación por matar a un albatros. Finalmente, es perdonado por un ermitaño, quien le impone como penitencia contar su historia.
Los Poemas Demoníacos de Coleridge
«La balada del viejo marinero» pertenece al grupo de poemas denominados «demoníacos», junto con otras obras como «Kubla Khan» y «Christabel». Estos poemas se caracterizan por la búsqueda del perdón divino a través de una purga espiritual.
«Kubla Khan» o «Visión en medio de un sueño»
El título del poema hace referencia al gobernante asiático Kubla Khan. El subtítulo y la fragmentariedad del poema se explican en el prefacio: el autor se había quedado dormido tras tomar opio. Antes de conciliar el sueño, había leído una historia sobre la orden de Kubla Khan de construir un nuevo palacio. Coleridge afirma que, mientras dormía, tuvo una visión fantástica. Al despertar, el poeta comenzó a escribir, pero tras unas cincuenta líneas, fue interrumpido por una «persona de Porlock» durante una hora. Después de esta interrupción, no pudo recordar el resto de la visión. La figura de la «persona de Porlock» se ha convertido en una metáfora de las interrupciones que el mundo impone al camino de la inspiración y el genio.
En el poema, Kubla reside en Xanadú, un lugar de gran belleza natural y misterio. Por decreto suyo, se construye una cúpula de placer, un vasto edificio diseñado para el goce físico y mental. Dentro de esta estructura, existe una grieta de connotación misteriosa y siniestra, por donde emergen rocas y el río Alfa. Los desastres naturales se entrelazan con los desastres humanos, anunciando la guerra que supondrá el fin de la cúpula del placer.
La sombra de la cúpula flotaba entre las olas, simbolizando cómo la ambición humana es una fuente potencial de catástrofe.
El poeta recuerda la visión de una doncella con una cítara y anhela recordar su sinfonía. Si lo lograra, le proporcionaría un potencial imaginativo que le ayudaría a recuperar la visión de su sueño y a diseñar un lugar paradisíaco.
«Christabel»
Este poema narra una pasión femenina entre la protagonista, Christabel, y Geraldine, un espíritu maléfico de gran belleza.