Coliseo Romano: Arquitectura, Historia y Legado

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El Coliseo Romano: Un Icono Imperecedero

El Coliseo, originalmente conocido como Anfiteatro Flavio, es uno de los monumentos más emblemáticos de la Antigua Roma y un símbolo perdurable del poder y la grandeza del Imperio Romano. Su construcción comenzó bajo el mandato del emperador Vespasiano alrededor del año 70-72 d.C. y fue completada por su hijo Tito en el año 80 d.C. Posteriormente, Domiciano realizó algunas modificaciones.

Arquitectura Innovadora

La fachada del Coliseo se organiza en torno a cuatro pisos, cada uno articulando un orden clásico diferenciado:

  • Primer piso: Orden toscano
  • Segundo piso: Orden jónico
  • Tercer piso: Orden corintio

Resulta igualmente novedosa la utilización conjunta del arco de medio punto y el dintel. El cuarto piso, una ampliación posterior de la época de Domiciano, consiste en un cuerpo macizo con pilastras adosadas y ménsulas, cuyo objetivo era sustentar los mástiles de madera en los que se fijaba un inmenso toldo o velarium. Este toldo protegía de las inclemencias del tiempo a todo el graderío.

Acceso y Distribución Interior

El acceso y la salida del edificio se producían a través de 80 arcos de medio punto denominados vomitorios, permitiendo el desalojo de los aproximadamente 50.000 espectadores en pocos minutos. En el interior, se observa el uso pionero de la bóveda de crucería, originada del cruce de dos bóvedas de cañón. El graderío se encontraba dividido en diferentes zonas, denominadas, desde la zona más próxima a la arena hasta la parte superior, inma, media y summa cavea.

Bajo la arena, también en época de Domiciano, se construyó el hipogeo, una extensa red de galerías y sistemas de grúas y poleas. Su función era agilizar el espectáculo, facilitando la salida de animales, gladiadores o decorados.

Inauguración y Espectáculos

El Coliseo fue inaugurado durante el reinado del emperador Tito en el año 80 d.C. Los espectáculos inaugurales duraron 100 días, durante los cuales se sacrificaron miles de animales y personas.

Historia Posterior y Legado

Desde su construcción, el Coliseo se convirtió en uno de los símbolos del Imperio Romano. Estuvo en uso hasta que los espectáculos de gladiadores fueron prohibidos en el siglo V. En los siglos sucesivos, el Coliseo se convirtió en cantera, proveyendo de materiales de construcción a los edificios de Roma hasta 1749, año en que el Papa Benedicto XIV consagró el edificio a la memoria de los mártires cristianos. Su influencia arquitectónica en épocas posteriores, como el Renacimiento, fue notoria. En 1980, la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad.

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