El Coliseo Romano: Majestuosidad Arquitectónica y Simbolismo Imperial

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El Coliseo Romano: Majestuosidad Arquitectónica y Simbolismo Imperial

El Coliseo, también conocido como Anfiteatro Flavio, se erige como el anfiteatro más grande del mundo romano. Esta imponente estructura de cuatro pisos presentaba en su nivel superior una galería interior resguardada por columnas.

Materiales y Estructura

Construido casi en su totalidad con piedra escuadrada, sus bóvedas fueron elaboradas con mortero. La planta baja albergaba un pórtico monumental desde el cual partían las escaleras que ascendían a los pisos superiores. Una ingeniosa combinación de estas escaleras permitía la evacuación de los espectadores en tan solo unos minutos, demostrando la avanzada ingeniería romana.

Fachada Exterior y Órdenes Arquitectónicos

El exterior del Coliseo se caracteriza por una sucesión de arcadas dispuestas directamente sobre pilastras y superpuestas en tres niveles. A cada uno de estos pisos le corresponde un orden arquitectónico distinto:

  • El dórico en el primer nivel.
  • El jónico en el segundo.
  • Finalmente, el corintio en el tercero.

Estos órdenes son los únicos elementos con una finalidad puramente decorativa en una estructura que, por sí misma, genera un fuerte impacto visual gracias a la repetición de las arcadas. Precisamente, el triple uso de estos órdenes intensifica este efecto, sugiriendo una mayor o menor capacidad de soporte que se relaciona intrínsecamente con cada uno de ellos.

La Cavea y los Servicios Subterráneos

La cavea, es decir, el espacio destinado a los espectadores, estaba dividida en tres sectores de gradas que cubrían un elaborado sistema de corredores. Bajo la arena, cuyo pavimento original era de madera, una complejísima obra de ladrillo configuraba las diversas áreas de servicio, incluyendo depósitos y establos para las fieras.

Valores Estéticos y Función del Arco

En el Coliseo, la definición de los valores estéticos a través de las estructuras sustentantes adquiere una importancia primordial. El arco se transforma en un elemento decorativo que se integra con gran coherencia en la articulación fundamentalmente curva de la arquitectura romana, donde la bóveda y la cúpula poseen un valor decisivo.

Comparación con Teatros Griegos y Simbolismo

A diferencia de los teatros griegos, que carecían de exteriores monumentales, el Coliseo presenta una fachada gigantesca y meticulosamente decorada. Además de los órdenes de las columnas, cada arco albergaba una estatua. La aplicación de estos órdenes cumplía dos funciones esenciales:

  1. Servían como una alusión directa a la arquitectura griega clásica.
  2. Reducían la escala visual del edificio, haciéndolo más accesible a la percepción humana sin menoscabar su imponente tamaño.

Aunque la inmensa masa del edificio podía hacer que el individuo se sintiera insignificante, la relación con el rectángulo definido por las columnas y el arquitrabe que enmarcaba cada arco permitía al espectador conectar con una escala más humana, perdiendo así el sentimiento de insignificancia. De este modo, un ciudadano podía sentirse parte significativa tanto del inmenso edificio romano como del vasto imperio que este representaba.

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