La Comedia Palliata: Nevio, Plauto y Terencio en la Antigua Roma

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Autores de la Comedia Palliata

Nevio fue el autor que mayor inclinación mostró por la comedia. Aunque sabemos poco de su carácter y estilo al contar únicamente con algunos fragmentos, destacan obras como Los Carboneros, El Alfarero o El Adivino, en las que se abordan temas de la vida común. Sin embargo, los autores por quienes conocemos la comedia latina en profundidad son Plauto y Terencio.

Titus Maccius Plautus

Sabemos poco de Plauto, probablemente llamado en la realidad Titus Maccius Plautus. Nació en Umbría a mediados del siglo III a.C. y llegó a Roma, donde ganó algo de dinero con el teatro. No obstante, al involucrarse en negocios, se arruinó, viéndose obligado a realizar trabajos de esclavo. A pesar de esta situación, en sus ratos libres escribió comedias con las que tuvo éxito y pudo dedicarse profesionalmente a ello. También sabemos que fue un ciudadano libre, aunque pobre.

Tuvo tanto éxito que, después de su muerte, se le atribuyeron obras que no eran suyas; de unas 130, solo 21 eran auténticas. Las más importantes fueron:

  • Anfitrión
  • La Comedia de la Olla
  • El Soldado Fanfarrón
  • Los Cautivos

Otros títulos de obras destacadas son:

  • Bacchides (Las Báquides)
  • Menaechmi (Los Gemelos)
  • Pseudolus (El Embustero)

Todas las obras de Plauto pertenecen al subgénero Fabula Palliata. No son creaciones originales, sino adaptaciones de obras griegas. Las comedias de Plauto constan de cinco actos precedidos de un prólogo. Cabe destacar que la división en actos no es de Plauto, sino muy posterior. Los espectadores romanos querían conocer la trama y el desenlace desde el principio, por ello se incluían los prólogos.

Plauto se tomaba grandes libertades, cambiando escenas y personajes, e insertando pasajes propios con alusiones a costumbres romanas, entre otros. Los personajes y la trama de sus comedias suelen centrarse en:

  • Enredos amorosos.
  • Padres que pierden a sus hijos pequeños y los recuperan de mayores, reconociéndolos por alguna marca u objeto.
  • Soldados que quedan humillados.
  • Esclavos astutos, encargados de solucionar los problemas amorosos de sus jóvenes amos.
  • Parásitos que buscan lograr invitaciones a comer.

Además, a Plauto le interesaba hacer reír, incluso si para ello tenía que recurrir a chistes groseros, alusiones obscenas o situaciones ridículas. Plauto poseía un léxico riquísimo, y sus obras han sido imitadas por grandes autores como Shakespeare.

Publius Terentius Afer

Terencio nació en Cartago y llegó a Roma como esclavo del senador Terencio Lucano, quien más tarde le concedió la libertad. Por ello, Terencio adoptó el nombre de su antiguo amo y un sobrenombre en honor a su procedencia africana. Él logró entrar en el círculo literario que rodeaba a Escipión Emiliano y murió joven.

Escribió seis comedias:

  • La Andriana
  • La Suegra
  • El Que Se Atormentaba a Sí Mismo
  • El Eunuco
  • Formión
  • Los Hermanos

Sus comedias también son fabulae palliatae (adaptaciones de autores griegos) y han llegado precedidas de una didascalia y una períoca que no son de su autoría. En sus prólogos, Terencio se defiende de sus enemigos, quienes le acusaban de:

  • Contaminatio: Se defiende diciendo que antes que él también lo hicieron Nevio, Ennio y Plauto.
  • Plagio: Pero no de autores griegos, sino de latinos, y afirma no conocer las adaptaciones de estos.
  • No paternidad de sus obras: Es decir, que sus amigos del círculo se las habían escrito, pero a esta acusación no contesta.

Para finalizar, cabe decir que Terencio es inferior a Plauto en riqueza léxica, pero superior en composición y ensamblaje de escenas y situaciones. Sus personajes son también esclavos, parásitos, soldados, entre otros, y se preocupa mucho por transmitir un mensaje a través de ellos. Además, sus personajes hablan de manera similar a él, lo que le impidió conectar con el pueblo de la misma forma que Plauto. Aunque algunas de sus obras fracasaron en su época, en el Renacimiento Terencio alcanzó mayor fama que Plauto por su buen gusto y mesura.

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