La Compatibilidad de la Existencia de Dios con el Problema del Mal según Santo Tomás
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Noción 4: La Existencia de Dios y el Problema del Mal
Dios existe, tal como las vías han demostrado. Después de probar que Dios existe como Causa Primera, Ser Necesario, Perfectísimo e Inteligencia Ordenadora, Tomás de Aquino niega a Dios todos aquellos predicados de las criaturas que son incompatibles con el carácter divino afirmado en los atributos de las pruebas de su existencia.
La Bondad Infinita de Dios y la Creación
El Dios que existe como Suma Perfección ama necesariamente su propia esencia, siendo bondad infinita. Por ello, quiere libremente la creación como una comunicación de su bondad. Dios no puede amar lo que se opone a la bondad, a saber, el mal.
La Naturaleza del Mal: Una Privación
Si el mal fuese una entidad positiva, algo creado, entonces tendría que ser atribuido a Dios. Sin embargo, el mal no es una entidad positiva; el mal es, tal como afirma San Agustín, una privación.
Dios no ha creado el mal, puesto que ninguna privación es “creable”. El mal tan solo existe en aquello que, como ser, en sí mismo, es bueno, manifestándose como una suerte de limitación.
Distinción Tomista del Mal
Santo Tomás de Aquino distingue entre dos tipos de mal:
- Mal Físico
- Mal Moral
El Mal Físico (Permitido por Dios)
El mal físico fue permitido por Dios. Dios no lo quiso en razón de sí mismo, sino que quiso un universo, un orden natural, que suponía al menos la posibilidad de defectos y sufrimientos físicos. Al querer la creación de la naturaleza sensible, Dios quiso aquella capacidad de sentir inseparable a la naturaleza humana.
Dios no quiso el sufrimiento como tal, sino que quiso que la naturaleza llevase consigo la capacidad de sufrir. La perfección del universo requiere que haya, además de seres incorruptibles, seres corruptibles, los cuales tienen su lugar en el orden natural.
El Mal Moral (Vinculado a la Libertad Humana)
El mal moral está intrínsecamente vinculado a la idea de libertad humana. La perfección del universo requería la presencia de seres mortales y libres, con capacidad de manifestar la existencia mediante el libre albedrío.
Es imposible que existiese un ser humano en el orden natural que fuese libre y, al mismo tiempo, incapaz de pecar. De este modo, puede decirse que Dios permitió el mal moral también, aunque solamente en razón de un bien mayor.