Complicaciones Médicas Post Lesión Medular: Infecciones, Cálculos, Disfunción Sexual y Gastrointestinal
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Complicaciones Médicas Post Lesión Medular
Otros métodos para reducir la incidencia de IU están bajo investigación e incluyen la colonización del tracto urinario con cepas bacterianas inertes. El jugo de arándano se cree que reduce la adhesión bacteriana al uroepitelio y, por lo tanto, previene la ITU. Sin embargo, su eficacia no está probada, y la ingesta de fluidos y calorías asociada puede ser problemática en individuos con LME. En dos pequeños ensayos clínicos, un suplemento de arándano se encontró ineficaz en la reducción de bacteriuria, piuria o ITU en pacientes con LME.
Cálculos Urinarios
Los cálculos en el riñón, el uréter o la vejiga se incrementan después de la LME, especialmente en pacientes que tienen IU recurrentes, catéteres permanentes e inmovilización de hipercalciuria. Debido a la alteración de la sensibilidad de la vejiga, puede que no haya dolor para alertar al clínico de obstrucción ureteral. Otros síntomas clínicos, como el aumento de la espasticidad de los miembros y los episodios de disreflexia autonómica, deberían sugerir esto como un posible diagnóstico.
Reflujo Vesicoureteral
La función deteriorada de la inserción vesicoureteral puede ser el resultado de altas presiones de la vejiga e ITU recurrente. La incidencia estimada de esta complicación en los pacientes con LME es tan alta como el 25 por ciento [47, 48]. Debido a que el reflujo persistente se asocia con un mayor riesgo de pielonefritis y disfunción renal, representa un tratamiento imperativo. Si el reflujo persiste a pesar del uso de fármacos anticolinérgicos y una mayor frecuencia de cateterización, puede ser necesario colocar un catéter permanente o un procedimiento quirúrgico. El uso de oxibutinina puede reducir los aumentos fásicos en la presión de la vejiga causada por espasmos de la vejiga con un catéter permanente.
Insuficiencia Renal
La incidencia acumulada de insuficiencia renal aumenta con el tiempo desde la LME y es tan alta como 25 por ciento a los 20 años. Los catéteres uretrales permanentes, el reflujo vesicoureteral y la edad avanzada están asociados con el desarrollo de insuficiencia renal.
Disfunción Sexual
Las consecuencias de la lesión de la médula espinal (LME) sobre la función sexual incluyen disminución de la libido, impotencia e infertilidad.
Impotencia Masculina
La impotencia masculina ocurre en el 75 por ciento de los pacientes con LME [24]. Los pacientes con lesiones completas en oposición a lesiones incompletas tienen la mayor incidencia y severidad de esta complicación. Hay una variedad de opciones de tratamiento para la disfunción eréctil, incluyendo medicamentos, dispositivos de asistencia y prótesis quirúrgicamente implantadas. El sildenafilo, el vardenafilo y el tadalafil tienen eficacia documentada en la LME, pero están contraindicados (al igual que otros inhibidores de la fosfodiesterasa-5) si hay enfermedad coronaria comórbida.
Infertilidad Masculina
La prevalencia de la infertilidad masculina en la LME es alta como consecuencia de disfunción eréctil, disfunción eyaculatoria y/o mala calidad espermática. En general, la reproducción masculina después de LME requiere inseminación artificial.
Respuestas Sexuales en Mujeres
Las respuestas sexuales en las mujeres también pueden verse afectadas después de la LME, pero la ovulación y la fertilidad generalmente no se ven afectadas. Las tasas de embarazo más bajas entre las mujeres con LME en comparación con la población general se consideran para reflejar la elección personal. El embarazo en mujeres con LME generalmente se clasifica como de alto riesgo debido a una alta tasa de complicaciones incluyendo infecciones y disreflexia autonómica. Esto se discute por separado.
Complicaciones Gastrointestinales
La disfunción intestinal es común e incapacitante después de la lesión de la médula espinal (LME) y afecta significativamente los resultados funcionales y de calidad de vida. A menudo es necesario un programa multidimensional para obtener los mejores resultados.
Dos patrones de disfunción intestinal pueden ocurrir. Con lesiones por encima del conus medullaris, las conexiones neuronales entre la médula espinal y el intestino se mantienen, lo que resulta en la contracción del músculo pélvico hiperreflexo y la incapacidad para relajar voluntariamente el esfínter anal externo. Esto causa estreñimiento y retención fecal. Una neurona motora inferior o intestino areflexo se produce con lesiones por debajo del conus medullaris, lo que provoca un tránsito más lento, disminución del tono del esfínter y estreñimiento con incontinencia frecuente.
Debido a que pocos estudios han evaluado la gestión de este problema, las recomendaciones se basan en la experiencia clínica y la opinión de expertos. Con un objetivo de evacuación intestinal predecible y oportuna que evita la incontinencia fecal y la impactación, un régimen coherente y estructurado se integra en el estilo de vida del paciente tan pronto como sea posible después de la LME, utilizando su patrón de intestino preinjerto como guía. Una rutina típica puede comenzar en un punto de tiempo regular cada día (por ejemplo, 30 minutos después de una comida) con la inserción de un supositorio rectal estimulante químico. Después de varios minutos, la estimulación digital con una rotación lenta y suave del dedo durante 15 a 60 segundos se repite cada 5 a 10 minutos, hasta que la evacuación de las heces se completa. El masaje abdominal, la respiración profunda, la maniobra de Valsalva y la posición de inclinación hacia adelante pueden ayudar a la evacuación.
Los medicamentos para el intestino oral (ablandador de heces, docusato sódico, estimulantes intestinales, sena y bisacodil, agentes de volumen, psilio) se usan a menudo durante la fase inicial de establecer un patrón intestinal regular, y luego se eliminan lentamente. El uso crónico de laxantes estimulantes está asociado con una serie de efectos secundarios.
Una dieta regular es una característica importante del programa intestinal y debe incluir la ingesta adecuada de fibra (30 g) y cantidades relativamente más bajas de productos lácteos y contenido de grasa. Los objetivos para la ingesta de líquidos a menudo son dictados por el estado de la vejiga del paciente, pero si es posible, debe ser lo suficientemente alto para producir 2 a 3 litros de salida urinaria cada día.