Comprendiendo la Inmunidad: Tipos, Adquisición y Estructura de Anticuerpos

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Tipos de Inmunidad

La inmunidad es la capacidad del organismo para resistir y defenderse de agentes patógenos y sustancias extrañas. Se clasifica principalmente en dos grandes categorías: inmunidad natural (innata) e inmunidad adquirida (adaptativa).

Inmunidad Natural o Innata

La inmunidad natural o innata depende de los mecanismos de defensa inespecíficos de la respuesta innata. Carece de memoria inmunológica y está presente incluso antes de la exposición a los agentes infecciosos. Además, esta inmunidad no aumenta por tales exposiciones y no discrimina entre unos antígenos y otros, proporcionando una primera línea de defensa rápida pero generalizada.

Inmunidad Adquirida o Adaptativa

La inmunidad adquirida o adaptativa depende de los mecanismos de defensa específicos de la respuesta adaptativa. Estos mecanismos son estimulados por la exposición a los antígenos y aumentan en magnitud y capacidad defensiva con las exposiciones sucesivas, lo que se conoce como memoria inmunológica. Puede adquirirse de forma natural o artificial y, en ambos casos, puede ser de forma activa o pasiva.

Modalidades de Inmunidad Adquirida

  • Inmunidad Adquirida Naturalmente Activa: Es la que se logra tras haber superado con éxito alguna enfermedad infecciosa producida por un microorganismo patógeno. El cuerpo genera sus propios anticuerpos y células de memoria.
  • Inmunidad Adquirida Naturalmente Pasiva: Es la que transmite la madre al feto mediante los anticuerpos que pasan a través de la placenta, o la que le proporciona al recién nacido mediante los anticuerpos del calostro. Esta inmunidad es temporal, ya que el cuerpo del receptor no produce los anticuerpos.
  • Inmunidad Adquirida Artificialmente Activa (Inmunización): Es la que se consigue al formar anticuerpos tras la administración de una vacuna que contiene un antígeno. La vacuna estimula al sistema inmunitario a producir una respuesta protectora y memoria inmunológica sin causar la enfermedad.
  • Inmunidad Adquirida Artificialmente Pasiva (Inmunización): Es la que se adquiere al inocular al individuo un antisuero que contenga anticuerpos preformados contra un determinado agente infeccioso. Se utiliza para proporcionar protección inmediata en situaciones de emergencia, pero su efecto es transitorio.

Estructura de los Anticuerpos

Los anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas, son proteínas cruciales del sistema inmunitario. Los anticuerpos más sencillos son moléculas con aspecto de 'Y', formadas por cuatro cadenas polipeptídicas: dos cadenas ligeras idénticas (L) y dos cadenas pesadas idénticas (H). Estas cuatro cadenas se mantienen unidas por una combinación de enlaces no covalentes y covalentes (especialmente puentes disulfuro), que les confieren su estabilidad estructural.

Cada una de las cadenas ligeras y pesadas de los anticuerpos tiene una región variable en su extremo amino terminal, que varía mucho de unos anticuerpos a otros, y una región constante en su extremo carboxilo terminal, que varía muy poco entre distintos anticuerpos de la misma clase.

Regiones Funcionales de los Anticuerpos

Los anticuerpos están formados por dos regiones principales, cada una con funciones específicas:

  • Regiones Constantes (Fc)

    Las regiones constantes de las cadenas ligeras y pesadas ocupan parte de los brazos y el pie de la 'Y'. Estas regiones son las responsables de las actividades efectoras del anticuerpo, entre las que podemos citar las siguientes:

    • Atravesar la placenta y proporcionar inmunidad pasiva al feto.
    • Activar el sistema del complemento, una cascada de proteínas que ayuda a eliminar patógenos.
    • Unirse a células inmunitarias como macrófagos y células NK para iniciar respuestas como la fagocitosis o la citotoxicidad dependiente de anticuerpos.
  • Regiones Variables (Fab)

    Las regiones variables de las cadenas ligeras y pesadas se localizan en los extremos de los dos brazos de la 'Y'. Estas regiones forman los sitios de unión al antígeno, es decir, son las responsables del reconocimiento y unión específica con los determinantes antigénicos (epítopos). La enorme diversidad de estas regiones es lo que permite a los anticuerpos reconocer una vasta gama de patógenos y toxinas.

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