Comprendiendo el TDAH y el Trastorno del Espectro Autista: Síntomas, Criterios y Características Clave
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Comprendiendo el TDAH: Síntomas, Comorbilidad y Características
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se manifiesta principalmente a través de tres grupos de síntomas:
- Inatención
- Hiperactividad
- Impulsividad
Estos síntomas deben persistir por al menos 6 meses y repercutir significativamente en las actividades sociales, familiares, académicas o laborales del individuo.
Síntomas de Inatención
Para el diagnóstico de TDAH, se observan al menos seis (o cinco para adolescentes y adultos) de los siguientes síntomas de inatención:
- Fallas en prestar la debida atención a detalles o descuidos, o errores en las tareas escolares, laborales o en otras actividades.
- Dificultad para mantener la atención en tareas o actividades recreativas.
- Dar la apariencia de no escuchar cuando se les habla de manera directa.
- No seguir instrucciones y no terminar las tareas escolares, quehaceres o deberes laborales (por ejemplo, no por comportamiento de oposición o por no comprender las instrucciones).
- Tener dificultad para organizar tareas y actividades.
- Evitar, hacer con disgusto o mostrarse poco entusiasta al iniciar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como tareas escolares o deberes).
- Perder cosas necesarias para tareas o actividades (por ejemplo, juguetes, libros, herramientas, carteras, llaves, papeles, gafas, móviles).
- Distraerse con facilidad por estímulos externos o por pensamientos no relacionados con la tarea en curso.
- Olvidar las actividades cotidianas.
Síntomas de Hiperactividad e Impulsividad
Para el diagnóstico de TDAH, se observan al menos seis (o cinco para adolescentes y adultos) de los siguientes síntomas de hiperactividad e impulsividad:
- Juguetear o golpear con las manos o los pies, o retorcerse en el asiento.
- Levantarse en situaciones en las que se espera que permanezcan sentados.
- Corretear o trepar en situaciones en las que no resulta apropiado (en adolescentes o adultos, puede limitarse a una sensación de inquietud).
- Ser incapaz de jugar o de ocuparse en actividades recreativas con tranquilidad.
- Estar "ocupado" y actuar como si estuviera "impulsado por un motor" (por ejemplo, es incapaz de estar quieto durante un tiempo prolongado o se siente incómodo al estarlo).
- Hablar en exceso.
- Responder de forma inesperada o antes de que se concluya la pregunta.
- Dificultad para esperar un turno.
- Interrumpir o inmiscuirse en las actividades de los demás (por ejemplo, se mete en las conversaciones o juegos).
Comorbilidad Asociada al TDAH
El TDAH a menudo coexiste con otros trastornos, incluyendo:
- Ansiedad
- Depresión
- Trastornos por uso de sustancias (como el alcoholismo)
- Dificultades de aprendizaje
- Trastorno negativista desafiante
- Trastorno de la conducta
Características Neuropsicológicas del TDAH
Se observa un déficit en las funciones ejecutivas, principalmente asociadas al lóbulo frontal del cerebro. Esto incluye dificultades en:
- Inhibición de respuestas
- Motivación
- Memoria de trabajo
- Planificación y organización
Además, se han identificado deficiencias en tres dominios clave:
- Sincronización motora
- Percepción del tiempo
- Previsión del tiempo
Neurotransmisores Implicados en el TDAH
Los neurotransmisores que juegan un papel crucial en el TDAH son principalmente la dopamina y la serotonina, afectando la regulación del estado de ánimo, la atención y el control de impulsos.
Trastorno del Espectro Autista (TEA): Definición y Criterios Diagnósticos
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición del neurodesarrollo que se caracteriza por dificultades significativas en la comunicación e interacción social, así como por patrones de comportamiento, intereses o actividades repetitivos y restringidos.
Los TEA engloban diversas condiciones, incluyendo lo que antes se conocía como autismo, el síndrome de Asperger y el trastorno desintegrativo infantil.
Criterios Diagnósticos del TEA
Los criterios diagnósticos para el TEA se dividen en dos áreas principales:
1. Deficiencias Persistentes en la Comunicación Social y la Interacción Social
Manifestadas por los siguientes tres puntos:
- Deficiencias en la reciprocidad socioemocional: Esto puede variar desde un acercamiento social anormal y fracaso de la conversación normal en ambos sentidos, pasando por la disminución de intereses, emociones o afectos compartidos, hasta el fracaso en iniciar o responder a interacciones sociales.
- Deficiencias en las conductas comunicativas no verbales utilizadas para la interacción social: Esto incluye anomalías en el contacto visual y el lenguaje corporal, deficiencias en la comprensión y el uso de gestos, o una falta total de expresiones faciales y comunicación no verbal.
- Déficits en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las relaciones: Esto puede ir desde dificultades para ajustar el comportamiento a diversos contextos sociales, pasando por dificultades para compartir juegos imaginativos o hacer amigos, hasta la ausencia de interés por otras personas.
2. Patrones Restringidos y Repetitivos de Comportamiento, Intereses o Actividades
Manifestados por al menos dos de los siguientes puntos:
- Movimientos, uso de objetos o habla repetitivos y estereotipados: Por ejemplo, aleteo de manos, movimientos de dedos, alineación de juguetes, ecolalia, frases idiosincrásicas.
- Insistencia en la monotonía, adherencia inflexible a rutinas o patrones ritualizados de comportamiento verbal o no verbal: Por ejemplo, angustia extrema ante pequeños cambios, dificultades con las transiciones, patrones de pensamiento rígidos, rituales de saludo, necesidad de seguir la misma ruta o comer los mismos alimentos cada día.
- Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en intensidad o foco: Por ejemplo, fuerte apego o preocupación por objetos inusuales, intereses excesivamente circunscritos o perseverantes.
- Hiper o hipo-reactividad a los estímulos sensoriales del entorno o interés inusual en aspectos sensoriales del entorno: Por ejemplo, aparente indiferencia al dolor/temperatura, respuesta adversa a sonidos o texturas específicas, olfateo o toqueteo excesivo de objetos, fascinación visual por las luces o el movimiento.
Niveles de Gravedad del TEA
La gravedad del TEA se especifica en tres niveles, basados en el grado de apoyo necesario:
- Grado 1: Requiere apoyo. Dificultad para iniciar la interacción social, inflexibilidad en el comportamiento, dificultad para alternar actividades, y problemas de organización y planificación que limitan su autonomía.
- Grado 2: Requiere apoyo sustancial. Deficiencias notables en las aptitudes de comunicación verbal y no verbal, con inflexibilidad marcada y dificultad para afrontar cambios.
- Grado 3: Requiere apoyo muy sustancial. Deficiencias graves en las aptitudes de comunicación verbal y no verbal, con inflexibilidad extrema y gran dificultad para afrontar cambios, lo que interfiere significativamente en el funcionamiento en todas las áreas.
Aspectos Asociados al TEA
El TEA puede presentarse con diversas características asociadas, incluyendo variaciones en:
- Coeficiente Intelectual (CI)
- Niveles de atención
- Desarrollo del lenguaje