Comprendiendo el Trastorno del Procesamiento Sensorial: Indicadores, Desarrollo y Juego Terapéutico Infantil

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Indicadores del Trastorno del Procesamiento Sensorial (TPS)

El Trastorno del Procesamiento Sensorial (TPS) puede manifestarse de diversas formas a lo largo del desarrollo infantil. A continuación, se detallan algunos indicadores clave según la edad:

Bebés (0 a 36 meses)

  • Problemas de alimentación o sueño.
  • Irritabilidad al ser vestido o incomodidad por la ropa.
  • Rara vez juega con sus juguetes.
  • Resistencia a ser alzado, curvando la espalda.
  • Dificultad para calmarse solo.
  • Retraso en el desarrollo de habilidades motoras.

Preescolares (3 a 5 años)

  • Alta sensibilidad al tacto, ruidos, olores u otras sensaciones, o a la interacción con personas.
  • Fácil distracción, constante movimiento, o comportamiento agresivo.
  • Dificultad para hacer amigos.
  • Bajas habilidades motoras.
  • Pataletas frecuentes, especialmente ante cambios de actividad.

Niños (5 a 12 años)

  • Alta sensibilidad al tacto, ruidos, olores u otras sensaciones, y/o a la interacción con personas.
  • Fácil distracción, constante movimiento, o comportamiento agresivo.
  • Sobrecarga sensorial fácil, sintiéndose angustiado por las circunstancias.
  • Dificultad para escribir o para realizar actividades motoras finas y gruesas.
  • Dificultad para hacer amigos.

El Juego y la Actividad como Herramientas Terapéuticas

El juego es fundamental en el desarrollo infantil y se convierte en una poderosa herramienta terapéutica por sus múltiples beneficios:

  • Es la ocupación natural del niño.
  • Permite desarrollar habilidades cognitivas, motoras y sociales.
  • Ayuda a conocer su cuerpo y sus posibilidades.
  • Pone en acción y organiza los sistemas sensoriales.
  • Es una actividad natural y espontánea.
  • Se desarrolla en un ambiente social, permitiendo la interpretación de roles.
  • Resuelve angustias y tensiones emocionales.
  • Es modificable y adaptable a las necesidades de cada niño, así como a su edad.
  • Permite establecer hábitos y rutinas saludables.

Desarrollo Emocional y Social en la Infancia

El desarrollo moral es un pilar esencial en la formación del individuo, tal como se describe a continuación:

“El desarrollo moral es el aprendizaje de la conducta socialmente aceptable y la adquisición e internalización [interiorización] de las normas y valores transmitidos por las personas que rodean al niño en sus diferentes ambientes.”

  • Conciencia de su propio cuerpo y sus afectos.

Motivos Comunes de Referencia en la Infancia

Generalmente, los niños son referidos por docentes de preescolar, cuidadores o pediatras, manifestando diversas preocupaciones que pueden agruparse en las siguientes categorías:

Problemas Sensoroperceptuales

  • Dificultades en el procesamiento sensorial.
  • Problemas con nociones espaciales.
  • Alteraciones en el esquema corporal.
  • Dificultades con nociones temporales.
  • Problemas de lateralidad.

Dificultades Cognitivas

  • Velocidad reducida en la realización de tareas.
  • Falta de atención y concentración.
  • Dificultad para retener instrucciones.

Retos Socioafectivos

  • Inquietud.
  • Agresividad.
  • Timidez.
  • Inseguridad.
  • Baja autoestima.
  • Dificultad para respetar normas.
  • Pobres habilidades sociales.

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