El compromiso social y político en la poesía de Miguel Hernández
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Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me aventan la garganta. El compromiso es un eje fundamental de MH porque si hay algo que caracteriza al poeta en su trayectoria es la coherencia entre vida y obra, y es que MH no solo luchó con la palabra, participó activamente en la guerra.
Como ya se ha señalado en su biografía, Miguel Hernández interviene activamente en la propaganda antifascista durante la guerra; su poesía quedará recogida en Viento del pueblo, obra publicada en Valencia en 1937, que demuestra que Miguel Hernández comprende el poder transformador de la palabra, su posible función social y política: se trata de una poesía comprometida, poesía de guerra y denuncia y poesía de solidaridad con el pueblo oprimido.
Exaltación heroica de los hombres que luchan por la justicia y la libertad
Lamentación por las víctimas de los opresores
Reivindicación social
Imprecación a los enemigos, opresores y explotadores
Al imbricar los tonos de exaltación, lamentación, reivindicación e imprecación, el poeta se focaliza en un “yo” lírico o en un “yo” fundido con un “nosotros”, pero, sobre todo, se funde con seres anónimos o grupos sociales convertidos en arquetipos de los oprimidos y explotados. Busca en la propia poesía la razón de su lucha y apela a España como símbolo de la madre primigenia; pero, finalmente, el avance de la guerra y el desmoronamiento del bando republicano (además del dolor que le provoca al poeta la muerte de su primer hijo) hacen imposible la redención.
Al acabar la guerra Miguel Hernández es detenido; en septiembre de 1939, al salir de la cárcel y antes de volver a ella definitivamente, entregó a su esposa un cuaderno manuscrito que había titulado Cancionero y romancero de ausencias. Con él, Miguel Hernández alcanza la madurez poética con una poesía desnuda para la que toma como base la sencillez de la lírica popular. Miguel Hernández, sin embargo, prefiere enfrentarse a la muerte y la desolación con el poema pacifista Tristes guerras, con el que pone en evidencia que las únicas armas son las palabras y la única meta el amor:
Tristes guerras si no es amor la empresa. Tristes, tristes. Tristes armas si no son las palabras. Tristes, tristes. Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes, tristes.