La Concepción Marxista del Ser Humano y la Alienación Laboral
Clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en español con un tamaño de 3,14 KB
Antropología Marxista
La Naturaleza Trabajadora del Ser Humano
Para Marx, el ser humano es un ser natural, que ha surgido de la naturaleza y que se diferencia de los animales porque ha de fabricar los medios para sobrevivir, transformando la naturaleza en la que vive. Esta transformación se realiza mediante el trabajo.
Somos seres activo-productivos, que necesitamos transformar la naturaleza para sobrevivir, y es mediante esa actividad por la cual entramos en relación con los otros seres humanos. Así, para Marx, «no es la conciencia de los hombres la que determina su ser, sino al revés, es su ser social el que determina su conciencia». No vale, pues, una consideración solamente abstracta del ser humano.
Además, para Marx, el ser humano es lo supremo para el ser humano; no hay nada más allá de esta vida. La creencia en Dios no es más que una ilusión que nace por el descontento de las personas con las malas circunstancias de la vida.
La situación del ser humano dentro del capitalismo es una situación de alienación, pues el ser humano, que en esencia es un ser trabajador, no se realiza en su trabajo con unas condiciones indignas, con un salario únicamente para sobrevivir, que no le permite llevar una vida verdaderamente humana.
Esta situación puede cambiar si se modifican las circunstancias, de modo que el trabajador pueda autorrealizarse en su trabajo, para lo que es necesario que el producto de su trabajo le pertenezca, sea suficiente para satisfacer sus necesidades materiales y, a la vez, le permita tener tiempo libre para desarrollar su personalidad y realizarse como ser humano.
La Alienación Económica
La situación de alienación básica es la que sufre el trabajador dentro del proceso productivo en la realización de su trabajo.
Sobre esto, Marx distingue entre el sujeto productivo-transformador y el objeto productivo. El sujeto o trabajador, en la realización del objeto o producto, se «sale de sí mismo» y entra en contacto con la naturaleza y con los demás (exteriorización), realizando un esfuerzo en la elaboración del producto que le produce una pérdida de energía o desgaste, a lo que Marx llama enajenación de sí mismo.
Es a partir de la producción del objeto y del modo en que este es realizado cuando se muestran los aspectos negativos del proceso productivo, que Marx resume en dos:
- El objeto producido no le pertenece al trabajador, sino al empresario, por lo que se produce una expropiación del sujeto.
- El trabajador es utilizado como un medio de producción dentro de una cadena de producción; es tratado como un objeto, a lo que Marx denomina cosificación del sujeto.
El resultado es que el trabajador no se realiza en su trabajo, se encuentra explotado física y mentalmente y no se pertenece a sí mismo, sino al empresario.