Concepciones de Sociedad Justa: Mill vs. Platón y la Responsabilidad Individual
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Concepciones de Sociedad Justa: Mill vs. Platón
Compare la concepción que Mill propone sobre una sociedad justa con alguna otra propuesta de sociedad justa que se pueda encontrar en otro pensador occidental. (2 puntos)
Platón estructura la sociedad en virtud de tres clases sociales: trabajadores, militares o guardianes y gobernantes; tareas que se corresponden con las predisposiciones naturales de las personas. Si en un hombre domina la parte concupiscible, deberá ser trabajador y educado en la templanza. Si, por otra parte, domina la parte irascible, deberá ser militar o guardián y educado en la fortaleza o valentía. Y, si por último, domina la parte racional, deberá ser gobernante y educado en la sabiduría. Cuando se den las tres virtudes propias de cada clase social, obtendremos la misma fusión armoniosa que se da en el alma cuando cubre sus partes con la excelencia moral que le es propia. Es decir, obtendremos la Justicia, un Estado justo.
Estas minorías de personas ilustres saben que la felicidad de los ciudadanos radica en el desarrollo de sus potencialidades y que esto es verdadera libertad. Y saben también que en su desarrollo se aloja la semilla del progreso social y moral de un país. Esto se parece al ideal platónico de filósofo-rey; sin embargo, a diferencia de Platón, Mill consigue trasladar la aristocracia, cerrada y definitiva, al seno de una modernidad abierta y democrática.
Reflexión Personal sobre la Responsabilidad Individual
5. Haz una reflexión personal expresando acuerdo o desacuerdo con la afirmación “Cada uno de nosotros es el guardián de su propia salud, sea física, mental y espiritual”. (2 puntos)
Es difícil no estar de acuerdo con una frase que te invita a reafirmarte como ser moral, responsable de todo lo que integra lo que eres y lo que puedes ser. Es difícil no estar de acuerdo en asumir el reto de dirigir tu propio destino con el coraje que implica el valioso derecho a decidir cómo quieres enfrentarte al mundo. Ahora bien, hay que tomar conciencia de que tal responsabilidad no solo va dirigida al bien propio. Si la virtud que hay que manejar es la responsabilidad, entonces esta no solo irá dirigida a asumir las consecuencias de nuestros actos, sino también a hacerse cargo de aquellos que en nuestro entorno desfallecen. Porque, es cierto que en una sociedad que progresa, hay que escuchar las razones de la verdad y la justicia, pues, alguna vez, la vida nos colocará en situaciones donde tendremos que decidir, de la forma más justa posible, sobre aquellos que, en su postración o decaimiento, no pueden.