Conceptos Clave en la Filosofía de Aristóteles: Sustancia, Virtud y Cambio

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Sustancia y Accidente

Un accidente es lo que puede o no ocurrir a un ser, pero si lo hace, no afectará a su ser. Todos los seres tienen tanto la capacidad de cambiar como la de resistirse al cambio. Los seres son lo que son o cambian por naturaleza.

La sustancia es un sujeto, y esto sabemos que es un compuesto de materia y forma. Aristóteles también llama a la forma esencia, y todos los seres tienen una esencia, es decir, tienen una forma que les hace ser lo que son. Por ejemplo, nosotros tenemos la esencia de humanidad; por esto somos humanos.

Se encuentra la forma esencial y la forma accidental, que es aquella forma que por tenerla no cambia el ser (un ciego no deja de ser humano).

La forma es compartida, pero la materia no, ya que no es igual para todos. Cada uno tiene su propia materia; por ello, la materia es el principio de individuación. Formalmente somos iguales, pero materiamente distintos.

Aristóteles le da más importancia a la sustancia segunda, ya que no se extingue nunca; en cambio, la primera es perecedera, no ha existido siempre y no durará eternamente.

La Virtud

Ejercer la virtud es hacer el bien. La virtud es un hábito, es decir, es el estado en el que nos encontramos dada la existencia de determinadas pasiones (sentimiento, emoción). Pero ni la virtud ni los vicios son meras pasiones. No somos malos o buenos por tener miedo, porque esto es algo involuntario.

Las virtudes y los vicios son disposiciones de hacer algo en una determinada situación. No basta con tomar la decisión adecuada un día, sino seguir haciéndolo hasta que lo tomes como una costumbre. Obrar bien constituye la virtud.

Un hombre es virtuoso cuando ocupa un punto intermedio entre dos extremos viciosos, uno por exceso y otro por defecto. Este punto medio es distinto para cada persona. Cuando algo está bien hecho, si quitas o le pones, deja de estarlo. En las virtudes morales o éticas, todo funciona así, buscando el término medio.

La sabiduría lleva a la virtud, así que el carente de inteligencia nunca lo encontrará y será mala persona.

Cambio y Movimiento

Todo ser o realidad posee su posibilidad de cambiar o no cambiar. Nuestra potencialidad está en nuestra naturaleza, del mismo modo forma parte de la naturaleza de los seres su reposo. La naturaleza de las cosas es el principio de cambio en tanto que el ser puede cambiar y el principio del reposo en tanto que no puede cambiar.

Para Aristóteles, el todo es un conjunto de realidades cambiantes, al contrario que Parménides. Las cosas son lo que son en acto y en potencia, y también lo que son en su naturaleza, aunque también son cantidad y cualidad.

Para Aristóteles, solo hay un mundo: este y nada más; fuera de las cosas no hay nada. Solo puede haber movimiento de las cosas, y hay distintos tipos:

  • Movimiento Sustancial

    Aquel en el que una sustancia nace o perece, es decir, llega a ser o deja de ser, aparece o desaparece la forma esencial. Cada sustancia tiene un sustantivo para ser nombrado. Realidad de los seres.

  • Movimiento Cuantitativo

    El ser no deja de ser, pero se modifica su cantidad.

  • Movimiento Cualitativo

    El ser ve cambiar una de sus cualidades, aunque siga siendo él. Cuando alguien coge sol, pasa a ser moreno.

  • Movimiento Local

    Es lo conocido como movimiento actual, cambio de lugar.

El Hábito Moral

Las cosas que ocurren en el alma son de tres clases:

  • Pasiones

    Es aquello que es el sujeto pasivo, la pasión es lo que padece, cosas que pasan y no puedes evitar que pasen. No podrás eliminarlas, solo podrás ponerle un límite gracias a la razón.

  • Facultad

    Capacidades para llevar a cabo un tipo de acción, una posibilidad de hacer algo. Aquello que te faculta para hacer algo. Es una potencia.

  • Hábito

    Aquello a lo que nosotros acostumbramos con nuestro propio ser, que acaba convirtiéndose en una regularidad.

Para ser virtuoso, tienes que querer serlo; por eso, la virtud es un hábito. Cuando una persona repite acciones hasta que se convierte en costumbre, será un hombre virtuoso. La virtud del hombre hace que el hombre sea bueno, y el hombre que es bueno es aquel que ejercita su racionalidad.

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