Conceptos Clave del Pensamiento Filosófico

Clasificado en Filosofía y ética

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Patrística

La Patrística es una corriente filosófica y teológica que surgió en los primeros siglos del cristianismo, especialmente entre los siglos II y VIII. Esta corriente fue desarrollada por los llamados "Padres de la Iglesia", pensadores cristianos que defendieron la fe frente a las críticas del mundo pagano y las persecuciones del Imperio Romano. Utilizando la filosofía, especialmente la filosofía platónica, estos pensadores justificaron los dogmas cristianos. San Agustín de Hipona es uno de los principales representantes, integrando la filosofía grecorromana con la teología cristiana, especialmente al abordar temas como la gracia divina, el libre albedrío y el problema del mal.

Navaja de Ockham

La Navaja de Ockham es un principio filosófico atribuido a Guillermo de Ockham, que afirma que, cuando se presentan varias explicaciones posibles para un mismo fenómeno, la más sencilla es la más probable. Este principio resalta la economía de explicaciones y la importancia de evitar la multiplicación innecesaria de entidades. Es decir, si dos teorías explican de manera igual un fenómeno, se debe preferir la que tenga menos suposiciones o elementos. La Navaja de Ockham se ha utilizado a lo largo de la historia en diferentes disciplinas, como la ciencia y la filosofía, para promover teorías más simples y eficientes.

Escepticismo

El Escepticismo es una corriente filosófica que duda de la posibilidad de alcanzar el conocimiento verdadero. Montaigne, un pensador escéptico, cuestiona la capacidad de la razón humana para llegar a certezas absolutas, reconociendo que nuestra comprensión de la realidad está limitada. Influenciado por los escépticos antiguos, como Pirrón, Montaigne defendió la idea de la duda constante y la suspensión del juicio. La aceptación de la incertidumbre se convierte en una virtud en el escepticismo, pues nos permite reflexionar con prudencia sobre la naturaleza del conocimiento. El escepticismo resalta los límites de la razón humana frente a la complejidad de la realidad.

Juicios (Según Kant)

Según Immanuel Kant, los juicios son afirmaciones que conectan conceptos y pueden clasificarse en varias categorías. Los juicios a priori son aquellos que no dependen de la experiencia, como las matemáticas o los principios lógicos. Son universales y necesarios. Los juicios a posteriori, en cambio, dependen de la experiencia y pueden verificarse empíricamente. Los juicios analíticos son aquellos en los que el predicado ya está implícito en el sujeto, como "un triángulo tiene tres lados". Los juicios sintéticos amplían el concepto del sujeto con nueva información. Kant consideró que los juicios sintéticos a priori son esenciales para la comprensión de la realidad.

Transcendental (Según Kant)

Para Immanuel Kant, lo trascendental se refiere a las condiciones a priori que permiten la experiencia y el conocimiento. No se refiere a lo que está más allá de la experiencia, sino a las estructuras mentales que hacen posible que tengamos experiencia. Las categorías trascendentales, como el espacio, el tiempo y la causalidad, son condiciones previas a la experiencia que estructuran cómo percibimos la realidad. Kant distingue entre el conocimiento empírico, basado en la experiencia, y el conocimiento trascendental, que es necesario para que podamos organizar y entender esa experiencia. Lo trascendental establece los límites de la razón humana.

Solipsismo

El solipsismo es una corriente filosófica que sostiene que el único conocimiento seguro es el que se tiene sobre uno mismo y que todo lo demás, incluyendo el mundo exterior y otras mentes, podría ser una construcción de la mente del individuo. En otras palabras, el solipsismo afirma que solo existe el propio "yo" y que no hay una forma definitiva de conocer o demostrar la existencia de cualquier cosa fuera de uno mismo. Esta postura lleva al extremo la duda sobre la realidad objetiva, cuestionando si lo que percibimos realmente existe o es solo una proyección mental. Aunque esta idea ha sido criticada, algunos filósofos, como Descartes, exploraron el solipsismo a través de su método de duda radical, aunque no lo adoptaron completamente.

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