Conceptos Fundamentales de Ciudadanía, Poder y Normalidad: Una Perspectiva Filosófica
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Ciudadanía y Política: Una Perspectiva Griega
Al abordar la ciudadanía y la política, es fundamental reconocer que no existe una única respuesta definitiva. A menudo, una pregunta puede tener múltiples respuestas apropiadas, sin que ninguna sea intrínsecamente "correcta". Sin embargo, para determinadas corrientes científicas, esta pluralidad de perspectivas y opiniones sobre un mismo fenómeno —es decir, que un mismo hecho sea explicado a partir de distintas teorías— suele representar un problema. Estas corrientes tienden a asumir que cada teoría podría estar equivocada y que aún no se ha alcanzado la explicación "correcta".
En el ámbito de la política, se argumenta que no puede haber política si no existen diferentes maneras de concebir la realidad. Muchos pensadores griegos se dedicaron a reflexionar y debatir sobre la política. De estas reflexiones surgieron dos ideas centrales:
- El propósito del hombre político es mejorar la vida en comunidad. Si cada persona viviera aislada, la política no existiría. Por lo tanto, la política existe porque existe una comunidad de personas, y viceversa: si hay personas viviendo en comunidad, existe la política. La primera definición o afirmación que se deriva de esto es que la política consiste en el conjunto de normas y acuerdos, tácitos o explícitos, que existen entre las personas sobre asuntos comunes para que la vida en comunidad sea buena.
- La política no es para especialistas, sino para cualquier ciudadano. Cualquier persona nacida y residente en la ciudad podía participar, siempre y cuando fuera un hombre libre, tuviera una opinión y no estuviera limitado por un oficio manual. Los atenienses entendieron que la política era una cuestión de comunidad y de la diversidad de opiniones de todo tipo de personas.
El Poder según Max Weber
Para Max Weber, el poder se define como la probabilidad de imponer la propia voluntad en una relación social, incluso contra cualquier tipo de resistencia por parte de los demás participantes en esa relación. Esta definición implica una relación de mando-obediencia. En tal relación, existe un sujeto que actúa y un objeto sobre el que se actúa. El sujeto tiene la intencionalidad de que el objeto adopte una conducta determinada, mientras que el objeto no siempre es consciente de esta situación.
La obediencia puede darse por coacción, es decir, mediante el uso de la fuerza o la violencia para obligar a una persona a actuar de una manera específica. Sin embargo, también existen formas de ejercer el poder sin coacción, como la autoridad y el saber. En estos casos, no percibimos el poder ejercido sobre nosotros porque no somos obligados, aunque efectivamente pueda existir una relación de poder.
Para que exista una situación de poder, deben darse dos condiciones: intersubjetividad (la relación entre dos o más sujetos) y asimetría (uno de los sujetos es capaz de imponer su voluntad sobre el otro, ya sea por razones económicas, de prestigio, etc.).
Reflexión sobre la Normalidad: "Más allá del bien y del mal"
La frase "Más allá del bien y del mal" nos invita a reflexionar sobre la construcción social de la normalidad. Vivimos en un mundo donde, supuestamente, todos deberíamos ser aceptados. Sin embargo, la propia sociedad crea un modelo de lo que considera "normal", y aquellos que no encajan en este modelo (personas con enfermedades mentales, por ejemplo) son etiquetados como "anormales" y, a menudo, segregados en instituciones.
Esto plantea preguntas fundamentales: ¿Quién define qué es normal y qué no lo es? ¿Quién decide quién está "bien" y quién está "mal", quién está "cuerdo" y quién está "loco"? La sociedad establece un modelo de normalidad e intenta promover la inclusión y la igualdad, pero, al mismo tiempo, excluye y estigmatiza a aquellos que no se ajustan a ese único modelo de persona considerada "cuerda".