Conceptos Fundamentales de la Fe Cristiana
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Desarrollo de la Revelación Divina
Revelación significa el desvelamiento de una realidad. La Revelación Divina hace referencia a todas aquellas acciones y palabras por las cuales Dios se nos ha dado a conocer.
Con la luz natural de la razón, el hombre puede llegar al conocimiento de Dios a través de las cosas creadas, pero Dios quiso darnos también a conocer las verdades que trascienden la comprensión de la mente humana. Se reveló a Sí mismo y manifestó su designio para la salvación de todos los hombres. La Revelación procede de la iniciativa gratuita de Dios. Es una invitación a un encuentro personal para compartir su vida con nosotros.
La finalidad de la Revelación es la salvación del hombre, una vida plena. El pecado consiste en endurecerse y rechazar la palabra de Dios que lo interpela y lo llama a una comunión con Él.
La Revelación se desarrolló a lo largo de la Historia de la Salvación ofrecida por Dios a la humanidad, y se realizó gradualmente con obras y palabras que se hallan íntimamente ligadas entre sí y se esclarecen mutuamente.
Hay una revelación natural, que es la manifestación de Dios en todas las obras de la creación. Y una revelación sobrenatural, es la que por iniciativa de comunicación de Dios, se desarrolla a lo largo de la Historia de la Salvación ofrecida a la humanidad.
Como primera expresión de esa revelación sobrenatural, Dios se ha dirigido de modo personal a todo hombre para ofrecerle la salvación. Es “la voz de la conciencia”, está en el corazón de todo hombre.
Puntos del desarrollo de la Revelación Divina:
- Alianza con Noé (tiempo de las naciones); Dios reúne a la humanidad dispersa.
- Abrahán; Dios forma a su pueblo Israel.
- Moisés (decálogo); Dios habló a través de los profetas (Dios eligió a un pueblo concreto para encargarle la misión de anunciar la salvación).
- Dios ha hablado en su Hijo Jesucristo (toda la revelación culmina en Jesucristo).
La Revelación Divina se transmite de dos maneras:
- Por la tradición oral.
- Después de forma escrita en los textos sagrados.
Sagrada Escritura
La Sagrada Escritura es el conjunto de libros que han sido escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo. La clave para entender la Biblia es Cristo. Toda la Revelación Divina se orienta hacia Él.
La Sagrada Escritura encierra el núcleo de nuestra fe, la salvación de Dios en Jesucristo por el Espíritu Santo. De modo que todas las palabras de la Escritura dicen una sola palabra, el Verbo.
Dios mismo es el autor de la Sagrada Escritura. La Escritura es verdaderamente palabra de Dios y enseña fielmente y sin error la verdad que Dios quiso revelar al hombre.
La palabra canon significa regla, norma, lista. La expresión “Canon de las Escrituras”:
- Hace referencia al hecho de que la Sagrada Escritura es la norma suprema de nuestra fe.
- Es la lista oficial de los libros que la Iglesia reconoce como inspirados por Dios y que constituyen la Biblia de la Iglesia.
Está dividida en dos grandes partes, que expresan dos etapas de la Historia de la Salvación:
- Antiguo Testamento (46 escritos).
- El Nuevo Testamento (27 libros).
Dios Creador
El Dios del Antiguo Testamento va al encuentro del hombre, se compromete con él y se comporta como un amigo. Establece un campo de juego en el que invita al hombre a participar cumpliendo, para ello, las condiciones del encuentro, es decir, siendo virtuoso.
Es un Dios justo, pero su justicia no busca condenar sino justificar al pecador.
La característica más destacable del Dios del Antiguo Testamento es la ternura. Establece con el hombre una relación filial. Él es el Padre de su pueblo e Israel es su hijo. Sin embargo, la idea de Dios como Padre no tiene la misma relevancia que tendrá más tarde, en el Nuevo Testamento.
Es también el todopoderoso, pero que, por ser Padre, invita al hombre a una relación de encuentro.
Todos los antropomorfismos con los que se presenta a Dios tienen como objetivo presentar a Dios como un interlocutor del hombre. No es un Dios abstracto, sino un Dios personal que se ofrece al hombre.
En el Nuevo Testamento, la ternura de Dios se expresa especialmente con el término Padre.
Jesús revela que Dios es Padre, no solo en cuanto Creador, sino como Padre eterno del Hijo.
En las palabras de Jesús se establece una relación de padre a hijo entre Dios y el hombre. Invita a sus discípulos a orar llamándole Padre, y les habla de Él como “vuestro Padre que está en los cielos”. Jesús nos revela al Padre mostrando su relación de Hijo con Él. Vive en comunión con el Padre, al que obedece como un hijo fiel.
En el Nuevo Testamento los términos Dios y Padre son prácticamente equivalentes.
El Pecado
El pecado está presente en la historia del hombre. La realidad del pecado solo se esclarece a la luz de la Revelación Divina. La Biblia describe diversos pecados de los hombres. Según esas narraciones, el hombre, libre y responsablemente, rompe con Dios y le desobedece. El pecado desgarra las relaciones del hombre con Dios, con los demás hombres y con el mundo creado.
En el pecado original, tentado por el demonio, el hombre abusó de su libertad y quiso ser como Dios prescindiendo de Él. El pecado original es la privación de santidad y justicia originales en la que todos los hombres nacemos a causa del pecado del primer hombre.
El demonio es un ángel que rechazó radical e irrevocablemente a Dios y su Reino. El poder del demonio no es infinito.
Al pecar, el hombre rompió su relación con Dios y, en consecuencia, perdió su equilibrio interior, el estado de gracia de la santidad original. Además, quebró también sus relaciones de paz y armonía con los hombres y con toda la creación.
Cristo ha obtenido la victoria sobre el pecado. Con su gracia, Dios saca al hombre del estado de privación en que lo sume el pecado.