Conceptos Fundamentales de la Filosofía: Empirismo, Sofística, Idealismo y Teoría Crítica

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Empirismo

El empirismo es una escuela filosófica que encuentra su máximo desarrollo entre los siglos XVI y XVII en las Islas Británicas, de la mano de pensadores como Bacon, Berkeley, Locke o Hume. Esta corriente plantea que todo conocimiento debe proceder de los sentidos, es decir, que sin experiencia sensible no hay conocimiento. Desde este punto de vista, es un planteamiento opuesto al del racionalismo.

El empirismo defiende que el ser humano nace sin conocimiento alguno, oponiéndose a la teoría racionalista de las ideas innatas, con lo que será la experiencia sensible la que irá proporcionando conocimiento a los sujetos. Si el racionalismo plantea una epistemología apriorística, el empirismo se caracteriza por entender que el conocimiento es a posteriori. Hume plantea que en el proceso de conocimiento lo primero son las impresiones, que captamos con los sentidos, y después las ideas, que son copias atenuadas de las anteriores. El origen del empirismo podemos encontrarlo en la filosofía de Aristóteles, quien utiliza el término griego empeiria para designar un conocimiento derivado de la experiencia.

Sofística

La sofística fue un movimiento cultural que se desarrolló en la Atenas del siglo V a.d.E. Como consecuencia del proceso de democratización que se produce en Atenas en los siglos VI-V a.d.E., y que culmina en las reformas de Pericles, el logos (la palabra) adquiere una relevancia política fundamental.

Los sofistas serán los encargados de enseñar a hablar en público a los hijos de los nuevos ricos, que aspiran a ser la nueva clase dirigente. Su objetivo es enseñar a su discípulo a convencer al auditorio, capacitándole para defender una postura o la contraria. Entre los sofistas destacan Gorgias y Protágoras, quien estableció que "el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son y de las que no son en cuanto no son", poniendo de esta manera las bases del relativismo, pues para los sofistas la verdad depende de los intereses o características del sujeto y de las circunstancias, de la ocasión (kairós). La sofística sintonizó con las posiciones democráticas y fue atacada por Sócrates y Platón.

Idealismo

El idealismo es una corriente filosófica presente a lo largo de la historia de la filosofía. Defiende la preeminencia del pensar sobre el ser, es decir, entiende que la realidad material, así como su evolución, tienen un carácter lógico.

Como escuela filosófica, alcanza su máximo desarrollo en los siglos XVIII-XIX en Alemania, de la mano de figuras clave como Kant (idealismo trascendental), Fichte (idealismo subjetivo), Schelling (idealismo objetivo) y Hegel (idealismo absoluto). El idealismo hegeliano desarrolla una concepción dialéctica de la historia en la que esta es entendida como desarrollo de la Idea o Espíritu Absoluto. La inversión de este planteamiento por Marx, es decir, la comprensión de que el pensamiento es efecto de los procesos materiales, está en el origen del materialismo histórico. La historia de la filosofía puede entenderse como un constante enfrentamiento entre idealismo y materialismo.

Teoría Crítica

También conocida como "Escuela de Fráncfort", la Teoría Crítica es una escuela filosófica que surge en los años 20 del siglo XX de la mano de pensadores como Adorno, Horkheimer, Marcuse y Fromm. Esta corriente intenta fusionar las tradiciones teóricas de Marx, Freud y Nietzsche, así como disciplinas de la filosofía, la sociología y la psicología.

Tomando como base el marxismo, la Teoría Crítica intenta aplicarlo al ámbito de la cultura, no de la economía, como había sido lo usual hasta el momento. Desde esa perspectiva, Adorno y Horkheimer, en su obra Dialéctica de la Ilustración, acuñan el concepto de cultura de masas para hacer referencia a la influencia que los medios de comunicación poseen en el control social y en la configuración de sujetos controlados ideológicamente. Marcuse, por su parte, dedicará buena parte de sus esfuerzos a intentar una fusión de marxismo y psicoanálisis y a denunciar, también, los mecanismos ideológicos de dominación. Las obras de Marcuse tuvieron una influencia directa en los movimientos revolucionarios de Mayo del 68.

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