El Conde-Duque de Olivares y la Crisis Española del Siglo XVII: Reinado de Felipe IV y Guerra de Sucesión
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El Conde-Duque de Olivares y la Crisis Española del Siglo XVII
El reinado de Felipe IV (1621-1665) fue un período agitado en el que la crisis y decadencia española tocaron fondo. En política interior, se produjo una crisis debido a los problemas económicos y a la política autoritaria y centralista del Conde-Duque de Olivares.
Política Interior y Centralismo
Gaspar de Guzmán, el Conde-Duque de Olivares, era partidario de un mayor centralismo. Su gobierno se centró en el autoritarismo y la centralización, pretendiendo unir a todos los reinos en un solo Estado común con las mismas leyes e instituciones. Todos los reinos españoles debían contribuir económicamente, al igual que Castilla, a los gastos de las guerras.
La Unión de Armas (1625) reflejaba la aportación de los distintos reinos en función de su población o riqueza. El principal esfuerzo financiero y humano para la defensa recayó en Castilla, pero esta se hallaba exhausta y empobrecida, incapaz de soportar el peso económico de la Corona.
Conflictos y Levantamientos
Se produjo una gran violencia en Cataluña. Las cortes catalanas se negaron a pagar más dinero para la guerra contra Francia, y el Conde-Duque decidió llevar la guerra a Cataluña. Según las costumbres de la época, los campesinos debían acoger en sus casas y alimentar a los soldados.
La Monarquía de Francia duró 30 años (1618-1648). Otros motines y tentativas se multiplicaron por todos los reinos, entre ellos destacan los graves levantamientos en Nápoles y Sicilia. De todos los levantamientos, el único que triunfó fue el de Portugal.
Olivares pidió ayuda a las tropas de Portugal, pero los portugueses se negaron y se rebelaron, proclamando rey al Duque de Braganza (Juan IV). El levantamiento contó con el apoyo de Francia, Holanda e Inglaterra. España reconoció la independencia de Portugal en 1668 mediante el Tratado de Lisboa.
La Guerra de Sucesión Española
Causas del Conflicto
La muerte sin descendencia de Carlos II desencadenó un gran conflicto nacional e internacional. De acuerdo con el testamento de Carlos II, Felipe de Anjou fue proclamado rey de España con el nombre de Felipe V. Sin embargo, se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo rey y apoyaba al pretendiente, el Archiduque Carlos de Habsburgo. La guerra catalana estalló.
Aunque la causa principal fue la falta de descendencia de Carlos II, el conflicto tenía una doble perspectiva:
- El ascenso al trono español de Felipe V representaba la hegemonía francesa y la temida unión de España y Francia bajo un mismo monarca. Este peligro llevó a Inglaterra y Holanda a apoyar al candidato austriaco.
- Felipe V representaba el modelo centralista francés, apoyado por la Corona de Castilla, mientras que Carlos de Habsburgo personificaba el modelo foralista, apoyado en la Corona de Aragón.
Desarrollo y Fin de la Guerra
La guerra terminó con el triunfo de Felipe V, tras las victorias militares de Almansa, Brihuega y Villaviciosa. Carlos de Habsburgo heredó en 1711 el Sacro Imperio Romano Germánico. Sus aliadas, Inglaterra y Holanda, reconsideraron la posible unión de España y Austria bajo un mismo monarca.
La guerra concluyó con la firma del Tratado de Utrecht en 1713. El tratado estipuló lo siguiente:
- Felipe V era reconocido como rey de España, pero renunció a la corona francesa.
- Los Países Bajos españoles y los territorios italianos (Nápoles y Cerdeña) fueron cedidos a Austria.
- Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca, el navío de permiso y el asiento de negros.
Consecuencias
El Tratado de Utrecht marcó el inicio de la hegemonía británica.