El Conductismo en Psicología: Principios, Críticas y su Influencia en el Comportamiento Humano

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El Conductismo: Fundamentos, Críticas y Legado en la Psicología

El conductismo, como corriente psicológica, se inició formalmente con John B. Watson (1878-1958). Para Watson, la psicología debía centrarse exclusivamente en la conducta observable, negando la existencia de la conciencia, la mente o el alma como objetos de estudio científico. Esta postura se opuso directamente al introspeccionismo de Wilhelm Wundt, quien defendía que la psicología era el estudio de la conciencia. Más adelante, B. F. Skinner (1904-1990) tomaría el relevo con el neoconductismo, consolidando la idea de que, para ser científica, la psicología debía estudiar únicamente la conducta. Esta perspectiva fue respaldada por varios filósofos, como Gilbert Ryle y Carl G. Hempel, quienes también cuestionaron o negaron la existencia de la mente como entidad separada.

La Conducta como Objeto Central de Estudio

Desde la perspectiva conductista, la conducta se define como el conjunto de respuestas de un organismo ante los estímulos que provienen del medio ambiente. Para ellos, el ambiente es el factor determinante por excelencia, y la conducta es la manifestación observable de su influencia. Los psicólogos conductistas, siguiendo a Skinner, sostienen que el ser humano es maleable y que, mediante la manipulación adecuada del entorno, es posible moldear cualquier tipo de comportamiento desde la infancia. En este proceso, la idea del refuerzo (tanto positivo como negativo) juega un papel central. Los conductistas postulan que no existe una mediación interna significativa entre el estímulo y la respuesta; simplemente asumen, sin profundizar en su estudio, que la naturaleza ha dotado a todos los organismos, tanto animales como humanos, de una predisposición a responder de ciertas maneras a los estímulos.

El Rechazo de la Mente y los Procesos Cognitivos

A diferencia del conductismo radical, la psicología cognitivo-conductual actual no acepta estos planteamientos de forma aislada. Esta corriente sostiene que la conducta no puede estudiarse de manera independiente de los procesos cognitivos que la influyen y retroalimentan. Sin embargo, para un conductista puro, siguiendo un ejemplo clásico, la acción de tomar un paraguas no se atribuye a la creencia de que va a llover o al deseo de no mojarse, sino únicamente a un estímulo concreto, como ver la lluvia. Desde esta perspectiva, conceptos como los deseos o las creencias son considerados meras "palabras vacías de significado" que carecen de cabida en el ámbito científico.

Los conductistas no solo rechazan la existencia de la mente como entidad separada, sino que ni siquiera abordan el estudio del cerebro o los avances neurocientíficos. Su concepción del ser humano es profundamente materialista y monista, y, además, marcadamente determinista. Como afirmó Skinner: "Si hemos alcanzado una verdadera comprensión científica del hombre, deberíamos ser capaces de probarlo prediciendo y controlando su conducta."

Conexiones Filosóficas: La Perspectiva de Gilbert Ryle

La negación de la existencia de la mente como una entidad inmaterial es una postura plenamente compartida por el filósofo Gilbert Ryle. En su influyente obra El concepto de mente, Ryle argumentó que "mente" y "cerebro" no son dos cosas distintas, sino que el lenguaje mentalista se refiere a las disposiciones y acciones observables del cuerpo. Tanto el conductismo como la filosofía de Ryle comparten un profundo rechazo hacia el lenguaje mentalista y las explicaciones basadas en estados internos no observables.

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