Confarreatio: Rito Matrimonial Romano para Ciudadanos
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Confarreatio: El Matrimonio Romano Reservado a Ciudadanos
La Confarreatio era el único matrimonio religioso reservado únicamente para los ciudadanos romanos y se realizaba con gran pompa.
Fase 1: Auspicios y Comunión con los Dioses
Comenzaba muy temprano con los auspicios realizados por el FLAMEN DIALIS (el sacerdote de Júpiter) y un AUGUR (sacerdote doméstico). En la casa del padre de la novia, se comía una torta de maíz o pan de trigo (ferrus panis), simbolizando la comunión con los dioses. También se celebraba una cena religiosa donde se sacrificaba una oveja y una cerda (porca). La carne asada se rociaba con harina, creando una fritilla, un precursor de la milanesa. Los novios permanecían sentados sobre un PEYON (pellis lanata), luego se levantaban y caminaban alrededor del fuego sagrado.
Con el primer lucero del alba, una niña en edad praetexta (12 a 14 años) aparecía con una antorcha de pino e intentaba sacar a la novia de la casa paterna. La novia se negaba, lloraba y buscaba refugio en su madre. Entonces, la PRONUBA (la niñera) tomaba a la novia de la mano y, junto con el padre, la sacaba de la casa y la entregaba al novio. Esto significaba el fin de la patria potestad y el comienzo de la MANUS MARITALIS.
Fase 2: La Procesión Nupcial
La procesión comenzaba con los dos sacerdotes, seguidos por el niño con la antorcha. Luego venía el novio, quien llevaba una canastilla con nueces que iba arrojando al pasar, cuyo ruido simbolizaba la procreación. Diez testigos ciudadanos romanos lo acompañaban, seguidos por los familiares del novio. Después venía la novia, vestida de rojo, con un velo rojo y una coronilla de flores silvestres en la cabeza, que ella misma debía recolectar. Iba descalza y con un ramo de mirto en la mano, en honor a la diosa Mirtea (diosa de la procreación). Cinco ninfas, mujeres vírgenes vestidas de blanco, la acompañaban, simbolizando la pureza y castidad de la novia. Llevaban todos los juguetes de la infancia, significando el fin de la niñez y el comienzo de la vida adulta.
El peinado de la novia consistía en dividir el cabello en seis partes con la punta de la lanza de un gladiador muerto que aún tenía sangre adherida. Esto simbolizaba que, así como la sangre se adhiere a la lanza, la mujer debía adherirse a su marido. Durante todo el camino, se cantaban cantos eróticos para preparar a la pareja para el acto sexual, y detrás de la novia iban todos los familiares de la novia.
Fase 3: In-domo (En la Casa)
Previamente, la mujer debía untar la puerta con grasa de lobo para ahuyentar a los malos espíritus. Nuevamente, se negaba a entrar, entonces el marido la tomaba en brazos simulando un rapto y la hacía trasponer la puerta sin que sus pies tocaran el umbral, mientras la familia gritaba. Lo primero que hacían era presentar a la novia a los dioses domésticos y le tiraban agua en la cabeza (el agua lustral) y se le permitía tocar el fuego sagrado. A partir de ese momento, la mujer comenzaba a adorar a los mismos dioses que el marido.
En la casa estaba la pronuba, quien preparaba el lectus genitalis (el lecho conyugal) y tenía la misión de constatar la virginidad de la novia. También estaban presentes las personas más importantes del lugar, incluyendo al gobernador (KANEPORO) y sus dos asistentes (priapos) con pene in erectionis, cuya misión era perforar el himen de la novia en caso de que el marido no pudiera cumplir con su misión.