Conflicto Industrial y la Lucha de Clases: Perspectivas de Marx, Weber y Durkheim
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La Naturaleza del Conflicto en la Sociedad
La visión funcionalista clásica de Émile Durkheim considera el conflicto como un hecho disruptivo de la armonía social, una fuente de desintegración, disfuncional y corrosiva para el orden social. Esta perspectiva se separa de la concepción marxista, la cual afirma que el conflicto contribuye de forma continua al cambio social y permite resolver divergencias entre grupos o colectividades para alcanzar un nuevo modelo de integración social.
Según Marx, la sociedad no es un orden de funcionamiento estático, sino dinámico. La dinámica social es fruto de la lucha de clases, de modo que el conflicto constituye el meollo del proceso social en la sociedad capitalista. Las diferencias entre las clases sociales tienen su origen en la propiedad de los medios de producción. La propiedad privada de estos genera desigualdad económica y de poder, así como relaciones de dominación y subordinación, y relaciones de antagonismo entre las clases sociales. La clase propietaria de los medios de producción es también la detentadora del poder político e intelectual. El lugar que se ocupa en la producción implica diferencias en las maneras de pensar y en las actitudes de las personas y grupos sociales.
El Conflicto Industrial: Intereses Contrapuestos
La conflictividad industrial siempre ha estado presente en la sociedad en menor o mayor medida. Los intereses contrapuestos de los dos actores fundamentales (trabajadores y empresarios) crean diversas fricciones. Los empresarios intentan obtener el mayor beneficio con los menores costes posibles, mientras que los trabajadores buscan satisfacer sus necesidades por medio de su trabajo, con el propósito de obtener el mayor salario posible y las mejores condiciones laborales.
Este entorno, donde los intereses son contrapuestos, define el conflicto industrial. Sin embargo, lo que verdaderamente destacaríamos de este conflicto es el “proceso de control y la transformación de la fuerza de trabajo en trabajo efectivo”.
La Visión de los Clásicos de la Sociología
Los clásicos de la Sociología, Karl Marx, Max Weber y Émile Durkheim, tuvieron su particular visión sobre el conflicto industrial:
Karl Marx (1818-1883)
Marx recogió varios aspectos de Adam Smith y los incorporó en una teoría general de la producción capitalista, entendida no como un simple modo de producción de bienes y servicios, sino como un sistema integral de reproducción social. Uno de estos aspectos es la dialéctica entre la potenciación del trabajo mediante su división y fragmentación, y la degradación del trabajador, la “patología industrial”.
En este sentido, Marx distingue entre el “trabajador conjunto” y el “trabajador parcial” y, a diferencia de Smith, analiza la división del trabajo en la manufactura como una forma específica del dominio capitalista, diferenciándola de la división del trabajo en la sociedad en general.
A pesar de esta visión tan totalizante del poder capitalista sobre la fuerza de trabajo, Marx veía una dialéctica revolucionaria en la gran industria. Sus esperanzas se basaban en una nueva racionalidad social, “sistémica” y colectiva, de la producción a la cual corresponde un sujeto colectivo: el trabajador conjunto y consciente de su propio carácter social.