La Conquista Romana de Hispania: Fases Clave y el Proceso de Romanización
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(Páginas 20-21) Continuación
Etapas Clave de la Conquista Romana de la Península Ibérica (218-19 a. C.)
La conquista romana de la Península Ibérica fue un proceso discontinuo que se extendió a lo largo de doscientos años, caracterizado por etapas de grandes avances militares y largos períodos de estabilización territorial.
- La Segunda Guerra Púnica y la Ocupación del Área Ibérica (218-197 a. C.). En esta etapa, los romanos ocuparon el sur y el levante peninsular en su lucha contra Cartago.
- Consolidación del Dominio Romano (197-154 a. C.). Durante estos años, la política romana se orientó más a la consolidación de su dominio que a la conquista de nuevos territorios.
- Las Guerras Celtíbero-Lusitanas: Avance hacia el Centro y Oeste. Representaron la segunda fase de avance conquistador, dirigida a los pueblos del centro y del oeste. Fueron, por tanto, durísimas guerras que ofrecieron símbolos tan permanentes en la memoria histórica como el jefe lusitano Viriato, con su táctica de guerrilla, y la heroica resistencia de la población celtíbera de Numancia. Para Roma, el esfuerzo merecía la pena, ya que la conquista de estos pueblos acababa con la amenaza que representaban para los pueblos más civilizados del sur y levante, y, además, facilitaba el acceso a los recursos metalíferos del noreste peninsular.
- La Península Ibérica durante las Guerras Civiles Romanas (133-29 a. C.). Coincidió con las guerras civiles que sacudieron a Roma al final de la República. La Península se convirtió en un escenario más de tales enfrentamientos, con la movilización de poblaciones indígenas en uno u otro bando (por ejemplo, César contra Pompeyo).
- Las Guerras Cántabro-Astures: Culminación de la Conquista (29-19 a. C.). Dirigidas por el emperador Augusto, culminaron la conquista romana de la Península. Las campañas fueron duras y la resistencia fuerte, dado el escaso grado de civilización de estas poblaciones del norte, que en su mayoría fueron sometidas a esclavitud. Los objetivos de Roma eran varios: el pleno control de la Península, la erradicación del pillaje constante sobre los pueblos de la Meseta y la explotación de la riqueza mineral del noroeste por medio del trabajo forzado de la población esclavizada (especialmente oro).
El Proceso de Romanización en Hispania
Por romanización se entiende la asimilación de la cultura y las formas de vida romanas por parte de los pueblos conquistados. Al igual que la conquista, fue un proceso discontinuo con resultados desiguales.