La Conquista Romana y Romanización de Hispania
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La Conquista e Romanización da Península Ibérica
Roma, en su expansión por el Mediterráneo occidental, acabaría conquistando la Península Ibérica, bautizada como Hispania. La conquista, propiamente dicha, fue un proceso lento y complicado, que duró dos siglos (desde el siglo III a.C. hasta el siglo I a.C.), por el enfrentamiento inicial con Cartago y, posteriormente, por la fuerte resistencia de algunos de los pueblos indígenas (especialmente los celtíberos y los pueblos del norte: cántabros, astures y galaicos).
La presencia de Roma en la Península tiene como origen el contexto de las llamadas Guerras Púnicas (siglos III-II a.C.). La rivalidad entre Roma y Cartago a finales del siglo III a.C. llevara a firmar un tratado con el río Ebro como frontera entre las dos potencias. El ataque del general cartaginés Aníbal a la ciudad de Sagunto (aliada romana), llevó a Roma a desembarcar en la Península un ejército dirigido por los hermanos Escipión en el 218 a.C., provocando la II Guerra Púnica, que terminaría con la victoria de los romanos.
Una vez conseguida la victoria sobre Cartago, la conquista romana de la Península Ibérica se realizó avanzando desde la costa mediterránea hacia el interior, hasta alcanzar el norte, y se puede dividir en 4 etapas:
Etapas de la Conquista Romana
- La ocupación de la franja mediterránea, Valles del Ebro y del Guadalquivir (208-216 a.C.).
- La ampliación del territorio hacia el interior (campañas de Catón y Sempronio Graco, 197-177 a.C.).
- Gran avance sobre la Meseta (guerras celtíbero-lusitanas, 155-133 a.C., con las victorias sobre los lusitanos de Viriato y de los celtíberos en Numancia) y conquista de las Islas Baleares.
- Finalización de la conquista, con la participación de Octavio Augusto: dominio del norte peninsular (guerras cántabras, 29-19 a.C., con la derrota de los cántabros, astures y galaicos).
Paralelamente a la conquista, se desarrolló la romanización: la asimilación por parte de los pueblos dominados a la civilización y cultura de Roma. Este proceso fue más intenso en el Levante, Valle del Ebro y del Guadalquivir que en los territorios del norte.
Principales Cambios de la Romanización
Los principales cambios o elementos de la romanización fueron:
- Una nueva organización político-administrativa del territorio: para controlar el territorio y explotar sus recursos, Roma estableció una serie de unidades administrativas, como las provincias (administradas por un gobernador, pasando de dos provincias iniciales hasta seis hacia el siglo III); los conventos