La Constitución de 1812 y el Reinado de Fernando VII en España

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Constitución de 1812

Los representantes de las juntas locales y provinciales que dirigían la resistencia forman una Junta Central Suprema presidida por Floridablanca, que coordinaría las acciones bélicas y dirigiría el país durante la guerra. La Junta reconoció a Fernando VII como rey legítimo de España. Ante el avance francés, la Junta huyó a Sevilla y Cádiz, la única ciudad que, ayudada por los ingleses, resistía el asedio francés. La Junta Central decidió disolverse y convocar Cortes Generales para que los representantes de la nación, de América y de Filipinas decidieran su organización y destino. Pronto aparecerían dos grupos: Jovellanistas y Liberales, siendo este último el que se impuso. Las Cortes de Cádiz se abrieron en una cámara única en la que se aprobó la soberanía nacional, la división de poderes y una serie de leyes para eliminar el Antiguo Régimen y ordenar el nuevo Estado Liberal. Pero sin duda la piedra angular de las reformas de Cádiz es la Constitución de 1812, inspirada en la Constitución francesa, pero más avanzada. Recogió por primera vez una organización de gobierno en la que todas las funciones estaban reguladas. La obra legislativa de las Cortes de Cádiz no tuvo gran incidencia práctica por la guerra y la posterior vuelta al absolutismo de Fernando VII. Pero esta obra y especialmente la Constitución de 1812 se convertiría en los decenios siguientes en la base ideológica de los liberales en España. Fue instaurada durante el Trienio Liberal y tras la muerte de Fernando VII.

El Reinado de Fernando VII

El conflicto entre Antiguo Régimen y Liberalismo que protagonizaría su reinado, se agravaría a su muerte provocando una guerra civil, la Primera Guerra Carlista (1833-1840). El reinado puede dividirse en tres periodos:

Sexenio Absolutista (1814-1820)

Cuando Fernando VII entra en España un importante sector de la nobleza le presenta una carta, el Manifiesto de los Persas, en la que le piden la vuelta al Antiguo Régimen. Viéndose apoyado, firma un decreto derogando la obra legislativa de las Cortes de Cádiz, restaurando el absolutismo y el Antiguo Régimen. La situación de España en este momento era dramática: un país empobrecido por la guerra, con una grave crisis demográfica, además de que ya no llegaban riquezas de América que en esos momentos estaba luchando por su independencia. Fernando VII contaba con el apoyo de la Iglesia, nobleza y ejército. Surgió una importante oposición al gobierno por parte de los liberales, que produjeron a lo largo del sexenio varios pronunciamientos que fracasaron hasta que el de Riego en Cabezas de San Juan logró triunfar.

Trienio Liberal (1820-1823)

A pesar de la fuerza del pronunciamiento, la organización de la conspiración fue desastrosa. Un mes y medio después se producen acuartelamientos en toda España. Fernando VII juró la Constitución de 1812. Los liberales habían derrotado a los absolutistas y surgen divisiones internas: por un lado los moderados y por otro los exaltados, protagonistas del pronunciamiento. Se vuelve legislativamente a la Constitución de 1812 y los decretos de las Cortes de Cádiz. Los liberales tenían un escaso apoyo popular por lo que intentaron extender su mensaje político entre la población con la ayuda de la prensa, las sociedades patrióticas y la Milicia Nacional. Los gobiernos liberales iniciaron una política de reformas, se promulgó un Código Penal, la libertad de industria y comercio y una desamortización eclesiástica. En abril entran en España las tropas francesas al mando del Duque de Angulema, los llamados Cien Mil Hijos de San Luis. El Duque entra victorioso en Madrid y las Cortes y el gobierno, refugiados en Sevilla, acuerdan dejar libre al rey y tratar con Angulema el fin de las hostilidades.

Década Ominosa (1823-1833)

Fernando VII inicia la última época de su reinado, caracterizada por una política errática, apoyándose en los diferentes grupos políticos según el momento, una política que no satisfizo ni a absolutistas ni a liberales. La sociedad española del momento seguía en crisis. Hay una lenta recuperación demográfica. Los gobiernos de Fernando VII iniciarán lentas reformas para sacar a España de la crisis.

Cuestión Sucesoria y Conflicto

Este periodo culmina con la Cuestión Sucesoria que desencadenaría la Primera Guerra Carlista tras la muerte del rey.

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