Constitución Española de 1978 y el Desarrollo del Estado de las Autonomías

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La Constitución de 1978

Aunque la elaboración de una constitución no era la idea inicial de Suárez, con el resultado de las elecciones de junio, se optó por elaborar un texto de consenso entre las fuerzas parlamentarias. Para ello, se formó una ponencia constitucional de siete miembros: tres de UCD, uno del PSOE, uno del PCE-PSUC, uno de AP y uno de la Minoría Catalana.

El resultado fue un texto constitucional que declaraba a España como un Estado social y democrático de derecho organizado como una monarquía parlamentaria. El texto fijaba el carácter no confesional del Estado y contenía una declaración de derechos y libertades civiles y políticas muy completa. Se abolía la pena de muerte y se incluía un amplio capítulo de derechos sociales y económicos.

La Constitución consagraba el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones, reconociendo como lenguas oficiales el castellano y las demás lenguas españolas en las comunidades autónomas. Se configuraba así una constitución políticamente progresista, aunque no evitaba cierta ambigüedad.

Aprobada en el Congreso y el Senado, fue presentada en referéndum a los ciudadanos el día 6 de diciembre de 1978 y posteriormente promulgada. Poco después, las Cortes fueron disueltas y se convocaron nuevas elecciones en 1979.

Las Autonomías Históricas

El camino hacia las autonomías tuvo dos etapas diferenciadas:

  1. La primera fue la de las preautonomías, la concesión de autonomía provisional a regiones cuyos representantes parlamentarios la solicitaran.
  2. La segunda etapa se emprendería a partir del momento en que la Constitución regulara definitivamente el carácter y procedimientos de la Autonomía.

De manera provisional, las regiones fueron negociando transferencias gracias al impulso de las asambleas de parlamentarios que se constituyeron en muchas regiones españolas. Desde el gobierno, el máximo responsable de este proceso y de su diseño fue el ministro para las Regiones, Manuel Clavero Arévalo.

Cataluña

La primera preautonomía concedida, y de una forma peculiar, fue la catalana. Intervino en su gestación el viejo político republicano Josep Tarradellas, presidente de la Generalitat en el exilio. El 29 de septiembre de 1977 se restablecía la Generalitat de Cataluña y el 23 de octubre se nombraba a Josep Tarradellas su presidente.

País Vasco

El caso vasco tenía otras implicaciones: la existencia de una organización terrorista (ETA), la presencia de un fuerte partido nacionalista histórico (PNV) y la cuestión de Navarra, cuya inclusión en una amplia Comunidad Autónoma Vasca suscitaba amplio rechazo. La preautonomía vasca se materializó en un Consejo General Vasco aprobado el 6 de enero de 1978. Navarra siguió en paralelo su propio camino hacia la autonomía.

Galicia

El tercer caso urgente era el gallego. La UCD intentó aplicar la tendencia restrictiva que predominaba en sus filas. Se prefirió entonces obviar cualquier problema de fondo y se hizo realidad la preautonomía con la creación de una Xunta de Galicia provisional en marzo de 1978.

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