Construyendo Relaciones Duraderas: Compenetración, Pasión y Superación en el Amor
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El Tiempo y la Compenetración en las Relaciones
La forma de entender el tiempo en el romanticismo es como un *enemigo*. La concepción de ser persona implica a alguien que siempre puede *sorprendernos*. Si no parece que vaya a sorprendernos, surge el *desengaño*. Pero las personas son una fuente inagotable de sorpresas. A la persona se le descubre en el *presente*. El poeta Pedro Salinas, por ejemplo, pide ser sorprendido.
¿Cómo Permitirnos Ser Sorprendidos en el Amor?
Implica estar siempre *intrigado*, aunque existan sorpresas desagradables.
Tipos de Unión en la Pareja
- El Amoldamiento: Cuando los matrimonios son por conveniencia, se le pide a la pareja que se amolde, lo que lleva a la *despersonalización*. El Romanticismo, íntimamente ligado al feminismo, surgió como respuesta, siendo la mujer la principal víctima de esta situación.
- La Fusión: Si lo realmente decisivo es mantener la pasión, la persona puede llegar a subordinarse a ella. Evitar discusiones puede llevar a la *despersonalización*.
- La Compenetración: Los miembros de la pareja deben realizarse como personas. En una escena, una mujer en el hospital con su marido ilustra cómo las personas compenetradas subrayan su identidad.
Metáforas de la Compenetración:
- El Baile
- La Cuerda
- El Campo de Batalla
Yasmina Reza, en una declaración de amor, expresa: «Me gustan las guerras y tú». Esto se logra a través de la compenetración. «Quiero que me aceptes como soy y que me dejes entrar en ti, en tu intimidad».
El Injerto Emocional:
El concepto de *injerto* se refiere a aceptar algo en la personalidad del otro que inicialmente no nos agrada. Las "heridas" que nos causan son, en realidad, intentos del otro de entrar en nuestra vida. Cuando estas heridas cicatrizan juntos, se convierten en un injerto. Las cicatrices que se forman en las relaciones de pareja son, paradójicamente, puntos de unión y fortaleza.
Superando los Momentos Difíciles en la Pareja
- Aparece el rechazo.
- Aparece la voluntad.
Cuando un miembro de una pareja no es capaz de perdonar al otro, o cuando la conexión emocional parece desvanecerse, se requiere una gran sensibilidad. Es la *voluntad* la que permite reactivar el sentimiento. Ejemplos literarios como *Anna Karenina* de Tolstói ilustran esta complejidad.
Unamuno lo expresó así: «Ya no siento nada cuando rozo las piernas de mi mujer, pero me duelen las mías cuando a ella le duelen las suyas». T.S. Eliot habla de la compenetración máxima, donde la comunicación trasciende el contenido verbal. Jean Guitton sugiere que el contacto de los cuerpos también impregna la relación. En una escena cinematográfica, se valora la perspectiva de que los defectos del otro son compartidos: «Tus defectos y los míos son nuestros».
La Normalidad y la Pasión en la Vida en Pareja
Tras el ideal de «fueron felices y comieron perdices», llega la *normalidad*, que a menudo se percibe como opuesta a la pasión. Sin embargo, la normalidad permite que los sentimientos se arraiguen en lo cotidiano. Un ejemplo es la película *Antes del amanecer*, donde se plantea: «Sabré que estoy enamorada cuando lo sepa todo».
Todas las rutinas pueden transformarse en un lugar de encuentro. Como testificó Unamuno: «El amor no es algo que se dice o se hace, es algo que se es». Leos Carax lo describe poéticamente: «Ya no se me van los ojos tras ella, ya no me la como con la mirada, pero ahora llevo siempre su imagen detrás de mis ojos». Carlos Cebrián equipara aspectos muy diversos de la relación. Nick Hornby reflexiona sobre la perspectiva del amor.
La Normalidad como Recurso Psicológico
La *normalidad* es un recurso psicológico fundamental para el ser humano, que permite integrar y sostener sentimientos profundos. La *pasión* y la *normalidad* son dos fuerzas complementarias en el juego de una relación de pareja. El punto de partida de cada ciclo de vida es la *unión* y la pasión, mientras que el punto de llegada es la *reunión* y la consolidación. Ian McEwan, por ejemplo, describe la pasión, planteándola incluso como una forma de normalidad.