El Cónsul Romano: Poder, Origen y Declive de la Magistratura Suprema en la Antigua Roma
Clasificado en Latín
Escrito el en español con un tamaño de 2,93 KB
El Cónsul Romano: La Magistratura Suprema de la República
El cónsul era un magistrado patricio con imperium maius (imperio mayor), elegido por los comicios centuriados. Se trataba de una magistratura ordinaria, con duración anual, y curul, lo que significaba que podía utilizar la silla curul, un privilegio exclusivo de los magistrados con potestad para administrar justicia.
Esta magistratura era colegial, ostentada simultáneamente por dos personas.
El cónsul representaba la más alta magistratura de la República Romana, poseyendo el imperium maius y la suprema potestas (potestad suprema).
Originalmente, esta magistratura nació con un carácter militar tras la caída del último rey etrusco, bajo el nombre de pretor. No fue sino hasta la promulgación de las leges Liciniae Sextiae en el año 367 a. C., que esta magistratura recibió el nombre de cónsul y adquirió su carácter dual y colegial definitivo.
Características del Consulado Romano
- Anualidad: Al ser una magistratura ordinaria, su duración era de un año. No obstante, para el mando militar, se contemplaba una prórroga; por ejemplo, si el mandato expiraba en medio de una campaña, este se prorrogaba hasta su finalización. Durante dicha prórroga, el cónsul recibía el nombre de procónsul.
- Colegialidad: Ambos cónsules ostentaban la totalidad de los poderes. Se turnaban en el ejercicio del poder; así, mientras uno era el cónsul mayor, el otro disponía de la intercessio o derecho de veto. En el ámbito del mando militar, solían dividirse las fuerzas (por ejemplo, caballería para uno e infantería para el otro) y posteriormente las empresas o provincias (como Hispania para uno y la Galia para el otro).
- Precedencia: Eran precedidos por doce lictores.
- Vestimenta: Llevaban toga con franja púrpura.
- Símbolo: Utilizaban la silla curul.
- Elección: Eran propuestos por los magistrados anteriores y elegidos por los comicios centuriados. Si uno de los cónsules fallecía, se nombraba a un sustituto, conocido como cónsul suffectus, para el tiempo restante de su mandato. En caso de que ambos cónsules murieran, se nombraba a un interrex.
Declive y Transformación del Consulado
El consulado alcanzó su apogeo durante el esplendor de la República Romana. Sin embargo, durante el Principado (periodo posterior a la República), perdió sus características esenciales de anualidad, colegialidad y responsabilidad. Esto se debió a que Augusto, el primer príncipe, se nombró a sí mismo cónsul, centralizando el poder.
Con el tiempo, el consulado se convirtió en un cargo meramente honorífico, desprovisto de facultades reales, ya que el poder efectivo residía en el príncipe.