Contaminación atmosférica: causas, problemas y soluciones

El término contaminación se relaciona con la capacidad del ser humano para modificar su entorno más allá de las propias actividades relacionadas con la subsistencia, como cualquier otra especie animal. Para luchar contra la contaminación existen regulaciones del tipo mando-control, es decir, de actuaciones que ordenan que se eliminen o produzcan más bajas de contaminantes. Con esta estrategia se ha logrado que los contaminantes emitidos se transformen en otros compuestos teóricamente menos dañinos o se envasen y almacenen para no verterse al ambiente. Pero la solución al problema medioambiental pasa sobre todo por prevenir y evitar la contaminación.

Hay contaminación atmosférica cuando una variación de la composición del aire modifica sus propiedades físicas o químicas y se producen efectos nocivos medibles sobre los seres humanos, los animales, la vegetación o los materiales construidos. Los más importantes son gases como el dióxido y el monóxido de carbono procedentes de los procesos de combustión, los óxidos de azufre originados en las centrales termoeléctricas que usan carbón o derivados del petróleo que contengan azufre como impureza, los óxidos de nitrógeno junto con restos de hidrocarburos mal quemados y partículas sólidas en suspensión.

Problemas ambientales atmosféricos

Los más importantes son:

1. El aumento del efecto invernadero. Se relaciona con el crecimiento en la atmósfera de los gases que producen dicho efecto, principalmente dióxido de carbono, procedentes de las emisiones de combustibles fósiles y causantes de que aumente la barrera que impide que la radiación infrarroja que emite la Tierra escape al espacio exterior. Se puede reducir la emisión de dióxido de carbono utilizando vehículos que sean más eficaces en el ahorro de combustible y que dispongan de una tecnología más limpia en las emisiones de gases por los tubos de escape.
2. La destrucción de la capa de ozono. El gas ozono forma en la estratosfera una delgada capa a 25 km de altura y actúa como filtro de la radiación ultravioleta procedente del Sol. Pero se ha observado que existen agujeros en dicha capa, que son ventanas por donde pasan los peligrosos rayos ultravioletas que alcanzan la superficie terrestre. Los principales responsables de los agujeros de la capa de ozono son los gases CFC, que se han usado como aerosoles, en extintores de espuma y como refrigerantes; en la actualidad está prohibido su uso.
3. La lluvia ácida. Es lluvia que contiene ácidos originados por reacción química de los óxidos de nitrógeno y de azufre procedentes de las emisiones contaminantes con el vapor de agua de las nubes. Ello causa graves daños a las plantas, a la flora y fauna de ríos y lagos, e incluso también a las piedras de las edificaciones. La instalación de catalizador en los vehículos reduce la emisión de óxidos de nitrógeno a la atmósfera y depurando las impurezas de azufre del petróleo se reduce la emisión de gases de azufre a la atmósfera.
4. La contaminación de las áreas urbanas. La atmósfera de las zonas urbanas contiene una gran cantidad de residuos sólidos y gaseosos y las características propias de los edificios con sus distintas alturas, junto con la absorción de la radiación solar por los materiales de construcción, hace que las masas de aire se estanquen, lo que dificulta que la contaminación urbana se diluya. El resultado es que en las áreas urbanas se incrementen los niveles de partículas sólidas en suspensión y se forme la niebla llamada smog, que puede ser de dos tipos. El smog ácido, propio de situaciones invernales con elevada humedad, y en donde el aire estancado tiene una gran cantidad de óxidos de azufre y nitrógeno. El smog fotoquímico coincide con situaciones de temperaturas elevadas y escasa humedad. La contaminación urbana disminuye mediante la colocación de filtros en las chimeneas de las calefacciones y de las industrias y la reducción del tráfico rodado en las ciudades.