El Contrato Social: Fundamentos del Poder Político en Hobbes y Locke
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El Contractualismo: Origen y Pensadores Clave
El contractualismo representa un giro fundamental en la concepción del poder político, especialmente en Inglaterra. Tradicionalmente, se creía que las personas nacían con derechos y deberes preestablecidos, a menudo de origen divino. Sin embargo, el siglo XVII fue testigo de importantes acontecimientos como guerras, conflictos religiosos y el ascenso de la burguesía, que impulsaron la búsqueda de igualdad entre las personas.
En este contexto, surge la teoría del contrato social, que postula que el Estado y el poder no son entidades divinas o naturales, sino el resultado de un pacto o acuerdo hipotético entre individuos racionales y libres. Estos individuos deciden someterse a una autoridad común para garantizar su protección y seguridad. Los dos pensadores más influyentes de esta corriente son Thomas Hobbes y John Locke.
Thomas Hobbes: El Leviatán y el Absolutismo
Thomas Hobbes, nacido en el sur de Inglaterra y educado en Oxford, es una figura central del contractualismo. Su obra más importante es Leviatán.
Teoría Política: El Contrato Social de Hobbes
La teoría política de Hobbes marca un giro radical: el poder no tiene un origen divino, sino que emana de la voluntad de los seres humanos. Hobbes sostiene que todos somos iguales y no estamos predeterminados desde el nacimiento para un propósito específico. La falta de una autoridad auténtica, según él, convertiría la vida en un infierno, ya que los individuos serían un peligro constante unos para otros. De ahí la necesidad de su teoría del pacto social.
- El Estado de Naturaleza: Es la situación hipotética anterior al pacto. En este estado, los seres humanos viven en libertad e igualdad, pero esta libertad ilimitada lleva a que algunos individuos, movidos por el egoísmo, arrebaten los derechos de otros. Este escenario degeneraría rápidamente en un estado de guerra generalizada y constante, impidiendo cualquier progreso humano. El deseo de vivir seguros y el instinto de conservación impulsan a los individuos a buscar una salida de esta situación caótica.
- El Pacto: La razón humana y el anhelo de vivir en paz llevan a los individuos a renunciar a parte de su libertad natural y a pactar una vida más segura, aunque más restringida. Se acuerda transferir el poder a un tercero, que se convierte en el soberano, encargado de velar por la seguridad de todos. El miedo a la anarquía es el motor que impulsa a abandonar el estado de naturaleza.
- El Estado (El Leviatán): Es el resultado de este pacto. Un soberano o una asamblea ostenta todo el poder, un poder absoluto e incuestionable. Este poder solo puede ser revocado si el soberano no garantiza la seguridad de sus miembros. Hobbes defiende el absolutismo como la forma más eficaz de asegurar la convivencia y la protección.
John Locke: Derechos Naturales y el Estado Liberal
John Locke, nacido en Bristol y con estudios en ciencia y filosofía, también es un pilar del contractualismo. Aunque su teoría política comparte similitudes con la de Hobbes en cuanto al origen del Estado a través de un pacto, difiere fundamentalmente en la defensa del absolutismo.
Teoría Política: El Contrato Social de Locke
Locke no aboga por la renuncia total de los derechos personales ni justifica el absolutismo. Por el contrario, busca legitimar y proteger determinados derechos individuales. Para Locke, el Estado debe garantizar estos derechos y subordinarse al bienestar de los seres humanos.
- El Estado de Naturaleza: A diferencia de Hobbes, Locke sostiene que en el estado de naturaleza los seres humanos viven en igualdad y libertad, pero poseen derechos naturales inherentes, como el derecho a la vida, la libertad y la propiedad (subsistencia). Sin embargo, la existencia de estos derechos no garantiza su respeto, ya que en el estado de naturaleza no hay una fuerza superior que pueda asegurarlos.
- El Pacto: Los individuos pactan su incorporación a la sociedad y crean una autoridad. No renuncian a sus derechos naturales; lo que hacen es otorgar a los gobernantes el poder necesario para proteger y hacer cumplir esos derechos.
- El Estado Liberal: De este pacto surge un Estado cuyo poder no es absoluto, sino representativo. Los gobernantes están al servicio de los individuos. Si los gobernantes no protegen los derechos de los ciudadanos, el pueblo tiene el derecho de recuperar el poder y establecer un nuevo gobierno.
División de Poderes según Locke
Locke es un firme defensor del liberalismo político. Para evitar la concentración de poder y el absolutismo, propone la división de poderes en tres ramas:
- Poder Legislativo: Encargado de crear las leyes.
- Poder Ejecutivo: Responsable de aplicar las leyes.
- Poder Judicial: Encargado de la administración de justicia.