Un corazón resiliente: La lucha por la felicidad tras la pérdida
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Aunque un gran dolor lastime mis sentimientos, me volveré más fuerte, lo voy a demostrar. Voy a llevar conmigo cada momento en que su amor me brindó calor.
Yo era un niño feliz, carente de problemas y, a pesar de la pobreza, la tristeza no fue tema en mi infancia gracias al enorme esfuerzo de mis padres para que yo no pasara frío, mucho menos hambre. Me enseñaron que las cosas importantes son aquellas tan pequeñas que la gente olvida, pero son estrellas que brillan siempre, tan bellas, sobre el manto de la noche que da luz artificial, solo un vulgar de noche, cuando una sonrisa ilumina todo alrededor y enciende el inmortal calor de la palabra amor.
Era tan feliz, pero de pronto el cuento de hadas me dejó una cicatriz que no se borrará con nada, ya que perdí a mis padres en un trágico accidente. Se fue con ellos mi sonrisa y mi felicidad, y tuve que ser frente a la vida siendo valiente para poder sobrevivir con esta soledad.
Aunque un gran dolor lastime mis sentimientos, me volveré más fuerte, lo voy a demostrar, para llevar con ello cada momento en que su amor me brindó calor y, a pesar de que atraviese grandes tormentos, sonreiré al cielo buscando su mirar.
Sé que no estoy solo si aún los siento en el interior, empujando mi luchar.
Tuve que sobrevivir entre las sucias calles frías que, aun con un mar de gente, me parecían vacías, y era porque no tenía a mi familia. Fue tan duro afrontar aquel futuro donde todo se ve obscuro.
Pero al recordar que me amaban verme sonreír, logré adquirir la fuerza y una razón para poder vivir, lucharé para salir adelante, trabajar incesante, con un esfuerzo constante.
En el orfanato conocí grandes amistades que pasaron, como yo, penurias y dificultades.
No acepté que nadie me adoptara porque, la verdad, el recuerdo irremplazable de mis padres me da paz y me impulsa para continuar esta vida tan dura, porque sé que una sonrisa borra toda amargura. El amor sigue viviendo incluso después de la muerte, el dolor es un amigo que siempre te hace más fuerte.
Golpea, golpea, seguiré, sé que siempre avanzaré porque yo jamás me rendiré. Debo tener fe en que esta vez protegeré a quienes amo y lograré cambiar este destino, y sé que no voy a perder.
Aunque un gran dolor lastime mis sentimientos, me volverá más fuerte, lo voy a demostrar. Voy a llevar conmigo cada momento en que su amor me brindó calor y, a pesar de que atraviese grandes tormentos, sonreiré al cielo buscando su mirar. Sé que no estoy solo si aún los siento en el interior, empujándome a luchar.