Le Corbusier y la Máquina: Ideología del Movimiento Moderno
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Capítulo 8: Mecanismos Buenos y Salvajes - Le Corbusier y la Ideología del Movimiento Moderno
Metáforas Maquinistas en la Década de 1920
Hacia 1920, diversas ideas estéticas, morales y políticas giraban en torno a las metáforas maquinistas. Las interpretaciones variaban según la corriente de pensamiento:
- Conservadores: La máquina como reguladora de las verdades intemporales de lo clásico.
- Futuristas: La máquina sin vínculos con el pasado, destinada a transformar la naturaleza del ser humano.
- Dadaístas: Las máquinas como objetos libres de cualquier contaminación con el Arte.
- Surrealistas: La máquina como encarnación de una sexualidad apremiante y oculta.
- Utilitaristas: Aplicación de los principios de cálculo y precisión de las fábricas al diseño arquitectónico.
- Racionalistas: La máquina como expresión de una norma basada en la perfección moral.
- Funcionalistas: La máquina identificada con el organismo, como una prolongación del cuerpo humano y una herramienta proyectada de dentro hacia afuera para adaptarse perfectamente a su uso.
Le Corbusier y la Máquina: Una Visión Orgánica
Para Le Corbusier, la máquina representaba un medio para devolver a la arquitectura sus razones universales. Concebía el maquinismo como un estadio intermedio en una evolución hacia la reconciliación orgánica. Por un lado, denunciaba los resultados del primer maquinismo, similar a la postura de John Ruskin, como la degradación de la ciudad y la condición humana. Por otro lado, vislumbraba un renacimiento de las máquinas, donde, una vez expulsada la incoherencia que habían producido en el mundo, tendrían una segunda oportunidad en un nuevo mundo coherente, planificado y orgánico.
Estética y Función en la Arquitectura de Le Corbusier
En contraposición a las teorías utilitaristas, que sometían la arquitectura al cálculo bajo la premisa de que la vida es únicamente función, Le Corbusier sostenía que la arquitectura estaba inevitablemente dotada de un carácter estético. Para él, la estética y la composición eran funciones humanas fundamentales.
Objetivo: Una Arquitectura Inocente y Natural
Su objetivo era una arquitectura inocente y natural, ideada para los hombres. Su materialización se basaba en la sinceridad, la unidad armónica, la normalización, la exactitud y un diseño acorde a un cálculo, principios que se deducían de las máquinas modernas como trasatlánticos, aviones y coches.
El Carácter Simbólico de la Máquina
El interés de Le Corbusier por las máquinas radicaba en su carácter simbólico. Su visión estaba influenciada por la ideología racionalista de la Ilustración (Ledoux, Boullée) y la estética fisiológica francesa (Charles Henry). Se expresaba en términos geométricos, utilizando figuras elementales cuya percepción humana era tanto sensorial como intelectual. En consecuencia, en la arquitectura debían primar las líneas continuas y la geometría pura, ya que satisfacen nuestros sentidos, actúan directamente sobre nuestro sistema sensorial y, por su carácter universal, constituyen el único enlace posible entre la arquitectura del pasado y la del futuro.